El Profeta Elías y la Jezabel de nuestro tiempo
recordar la memoria del Profeta Elías que en hebreo se dice אליהו y que significa: “Mi Dios es Yahveh”
Este profeta hace honor a su nombre ya que vive convencido de su fe en el Único Dios verdadero. Es considerado el profeta más grande de todo el Antiguo Testamento y vive en un periodo particular de la historia del pueblo de Israel, que se había contaminado de los baales, falsos dioses que había introducido la esposa del rey de Israel, la extranjera y malvada Jezabel.
Esta mujer era tan perversa que hasta el mismo profeta Elías tuvo miedo de ella. Es interesante ver que el profeta que tenía una fe tan grande que Yahveh ante su oración hizo caer fuego sobre el sacrificio en el Monte Carmelo, lo veamos luego lleno de miedo y escapando de esta mujer que lo había amenazado con matarlo. En la historia de cada uno de nosotros con el Señor, hemos visto su poder y su acción en nosotros, pero llegan también momentos de oscuridad, de aridez, de miedo.
La influencia de esta mujer fue tan grande que no sólo arrastró a su marido sino a todo el pueblo para que siguieran a los baales. Esto trajo la ira del Señor que castigó a Samaría con una grande sequía y por ende una hambruna en la región.
Contra toda esta idolatría tuvo que luchar el profeta del Señor y asumir la persecución como consecuencia de su misión.
Sabemos bien que siempre se ha relacionado a Elías con San Juan el Bautista. El celo de Elías por el Dios de los ejércitos, es la misma pasión y radicalidad de Juan. La malvada Jezabel que odiaba al profeta del Señor, terminó mal su vida.
Juan por ser fiel a la Verdad también tenía una grande enemiga Herodías, Ésta si logró su objetivo de quitarlo del camino. No sabemos ellas como terminó su vida pero seguramente en su interior con una grande oscuridad, por su adulterio y por la sangre derramada de Juan que clamaba al cielo. El pecado de adulterio fue también narrado por Flavio Josefo, historiador del primer siglo, escribió: “Herodías obrando contra las leyes de nuestros padres, se casó con Herodes (Antipas)”.
En el panorama que vemos en la Iglesia de hoy tenemos que pedirle mucho al Señor que nos mande hombres como el profeta Elías que no tengan miedo de decir la verdad a las Jezabeles de nuestro tiempo. Lo más doloroso es que aquella mujer era extranjera en cambio hoy son los mismos pastores consagrados por el Señor que han olvidado la vocación recibida y se han prostituido con todas las falsas doctrinas y se arrodillan ante el mundo. Están extraviando al rebaño del Señor.
En el Nuevo Testamento en el Apocalipsis el Ángel a la Iglesia de Tiatira le reprocha el tolerar a Jezabel que se declara profetisa y engaña. Atención que hay falsos profetas que se declaran a sí mismos y no hablan Palabra de Dios!!!. Esta mujer conduce a los siervos del Señor a la inmoralidad sexual. Cuántos pastores hoy llevan a las almas al pecado de la carne justificándolo delante del Señor.
Se declara profetisa como alguien que interpreta el plan de Dios que ese está realizando en la historia. Así muchos se toman la atribución de explicar el querer de Dios desde sus propias perspectivas. Por eso vemos a muchos sacerdotes que en sus homilías dan opiniones personales y no la Verdad revelada.
Jezabel también pretende enseñar una doctrina que no es del Señor. En el capítulo 2, 24 se habla de “esa doctrina”, es decir que es de ella no de Dios. A los pastores que dejan a otros enseñar falsas doctrinas, el Señor les pedirá cuentas.
“Le he dado tiempo para que se arrepienta, y no quiere arrepentirse de su prostitución”. Eso quiere decir que el Señor siempre espera pero si no quiere, Él la postrará en cama y a los que adulteraron con ella, les mandará sufrimientos terribles.
Alcemos hoy la espada de la Palabra de Dios como la de Elías en el nombre del Señor para arrasar todas las herejías y falsedades que estamos escuchando por estos tiempos de la boca de los supuestos pastores del Señor.
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