jueves, 24 de agosto de 2017

PROFECIAS DE LOS ULTIMOS TIEMPOS

PROFECÍAS DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS

PROFECÍAS DE LA USURPACIÓN DE LA SEDE PAPAL Y DE LA SUSPENSIÓN DE LA SANTA MISA, «MYSTERIUM INIQUITATIS»


«ROMA PERDERÁ LA FE Y SE CONVERTIRÁ EN LA SEDE DEL ANTICRISTO»

Dos profetas se han referido particularmente al fin de los tiempos en las Sagradas Escrituras, San Daniel y San Juan.

San Daniel predijo hace 25 siglos:

“En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces” (Daniel 12:1) 

¿Por qué será esa engustia “cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces…”

A esa angustia el mismo San Daniel la denomina «Mysterium Iniquitatis», y consiste en las siguientes manifestaciones claves;

1.       La herida del Pastor, llamado por San Daniel Jefe del Ejército (el Papado)

2.      La Dispersión del Rebaño (la horfandad de los fieles, sin pastor visible)

3.      La suspensión del Sacrificio Perpetuo (la suspensión de la Santa Misa)

4.      La Abominación de la Desolación en el Lugar Santo (la usurpación de la Santa Sede por el Anticristo)

San Daniel profetizó sobre la usurpación de la sede.

El Pastor herido, llamado por San Daniel Jefe del Ejército (el Papado)

Se agrandó hasta llegar al Jefe del Ejército (el Ejército es la Iglesia Militante) y le suprimió el sacrificio perpetuo (la Santa Misa); el lugar de su Santuario fue avasallado (Roma, la sede del Papado), lo mismo que su Ejército. Sobre el sacrificio perpetuo fue instalada la iniquidad (el Novus Ordo Misae), y se echó por tierra la verdad. Él (el hombre de pecado)tuvo éxito en todo lo que emprendió. 

Entonces oí a un Santo que hablaba, y otro Santo dijo al que hablaba: «¿Hasta cuándo se verá el sacrificio perpetuo suprimido, la iniquidad desoladora instalada, el Lugar santo y el Ejército pisoteados?». 

Esta profecía de San Daniel coincide con otras  profecías de San Juan, de san Francisco de Asís, de León XIII y de la misma Virgen Santísima en La Sallete y señaladas como el inicio del GRAN CASTIGO en Fátima.

El secreto de Fátima cada vez más claro desde 1960…

Existe la famosa profecía de Nuestra Señora en La Sallete, la cual es categórica: ROMA PERDERÁ LA FE Y SE CONVERTIRÁ EN LA SEDE DEL ANTICRISTO.

No sólo afirma que el Anticristo luchará contra la sede -Roma-, sino que la Sede Papal será USURPADA por el Anticristo. Previamente «Roma perderá la Fe». Es exactamente lo que se interpreta de la profecía de San Daniel.

Y ¿qué otra cosa puede significar que Roma pierda la Fe?, y ¿que otra cosa podría pensarse que la sede papal se convertirá en la sede del Anticristo?, ¿Se opone la supervivencia de la Iglesia a la usurpación de la sede por las fuerzas del Anticristo?.

Pablo IV

Con San Daniel y con la Virgen en La Sallete, el propio Pablo IV afirma en su prevención contra los usurpadores del Papado:

…cuando al fin veamos en el Lugar Santo la abominación de la desolación, predicha por el profeta Daniel…»

Igualmente el Papa León XIII en su exorcismo contra Satanás (1884) señala:

«Los más taimados enemigos han llenado de amargura a la Iglesia, esposa del Cordero Inmaculado, le han dado a beber ajenjo, han puesto sus manos impías sobre todo lo que para Ella es más querido. Donde fueron establecidas la Sede de San Pedro y la Cátedra de la Verdad como luz para las naciones, ellos han erigido el trono de la abominación de la impiedad, de suerte que, herido el Pastor, pueda dispersarse la grey. Oh invencible adalid, ayuda al pueblo de Dios contra la perversidad de los espíritus que le atacan y dale la victoria.» (León XIII. EXORCISMO CONTRA SATANÁS Y LOS ÁNGELES REBELDES).

León XIII

SAN FRANCISCO DE ASÍS

“…en aquellos días Nuestro Señor Jesucristo no les enviará a éstos un verdadero Pastor, sino un destructor.” (San Francisco de Asís)

El SERÁFICO PADRE SAN FRANCISCO DE ASÍS con la traducción de un humilde miembro de la Orden Franciscana señala… 

Poco antes de morir, San Francisco de Asís reunió a sus seguidores y les advirtió de los problemas venideros, diciendo:

1. Sean fuertes, mis hermanos, tomen fuerza y crean en el Señor. Se acerca rápidamente el tiempo en el que habrá grandes pruebas y tribulaciones; abundarán perplejidades y disensiones, tanto espirituales como temporales; la caridad de muchos se enfriará, y la malicia de los impíos se incrementará.

2. Los demonios tendrá un poder inusual; la pureza inmaculada de nuestra Orden y de otras, se oscurecerá en demasía, ya que habrá muy pocos cristianos que obedecerán al verdadero Sumo Pontífice y a la Iglesia Romana con corazones leales y caridad perfecta. En el momento de esta tribulación un hombre, elegido no canónicamente, se elevará al Pontificado, y con su astucia se esforzará por llevar a muchos al error y a la muerte.

3. Entonces, los escándalos se multiplicarán, nuestra Orden se dividirá, y muchas otras serán destruidas por completo, porque se aceptará el error en lugar de oponerse a él.

4. Habrá tal diversidad de opiniones y cismas entre la gente, entre los religiosos y entre el clero, que, si esos días no se acortaren, según las palabras del Evangelio, aun los escogidos serían inducidos a error, si no fuere que serán especialmente guiados, en medio de tan grande confusión, por la inmensa misericordia de Dios.

5. Entonces, nuestra Regla y nuestra forma de vida serán violentamente combatidas por algunos, y vendrán terribles pruebas sobre nosotros. Los que sean hallados fieles recibirán la corona de la vida, pero ¡ay de aquellos que, confiando únicamente en su Orden, se dejen caer en la tibieza!, porque no serán capaces de soportar las tentaciones permitidas para prueba de los elegidos.

6. Aquellos que preserven su fervor y se adhieran a la virtud con amor y celo por la verdad, han de sufrir injurias y persecuciones; serán considerados como rebeldes y cismáticos, porque sus perseguidores, empujados por los malos espíritus, dirán que están prestando un gran servicio a Dios mediante la destrucción de hombres tan pestilentes de la faz de la tierra. Pero el Señor ha de ser el refugio de los afligidos, y salvará a todos los que confían en Él. Y para ser como su Cabeza [Cristo], estos, los elegidos, actuarán con esperanza, y por su muerte comprarán para ellos mismos la vida eterna; eligiendo obedecer a Dios antes que a los hombres, ellos no temerán nada, y han de preferir perecer antes que consentir en la falsedad y la perfidia.

7. Algunos predicadores mantendrán silencio sobre la verdad, y otros la hollarán bajo sus pies y la negarán. La santidad de vida se llevará a cabo en medio de burlas, proferidas incluso por aquellos que la profesarán hacia el exterior, pues en aquellos días Nuestro Señor Jesucristo no les enviará a éstos un verdadero Pastor, sino un destructor.” 

San Francisco advirtió sobre el usurpador que no será fácil reconocer…

lunes, 14 de agosto de 2017

EL SEÑOR LO PUSO EN MI CORAZON.....................................

“EL SEÑOR LO PUSO EN MI CORAZÓN”. Una suposición muy peligrosa




Si hoy hay un aspecto dominante en la Iglesia católica en los Estados Unidos, es el delicado equilibrio entre la fe y la razón, esa maravillosa relación por la que el alma y el intelecto del hombre se combinan, se ha inclinado demasiado al lado de la fe, abandonando la razón o tal vez mejor dicho se ha convertido en fe ciega alimentada por el “emocionalismo”. Por ejemplo, es algo común hoy en día oír a católicos razonablemente ortodoxos usar expresiones como “El Señor lo puso en mi corazón…”“El Espíritu Santo me dijo…”. Ridículo. Esto no es para dar la inspiración por descontada, sino para decir que la súbita respuesta automática a cualquier pensamiento o sentimiento que le viene a alguien es que se ha desquiciado. Es el equivalente religioso de culpar cada mala acción sobre lo diabólico con el eslogan de “el diablo me hizo hacerlo”. Los ateos tienen pensamientos agradables de vez en cuando e incluso están motivados a hacer algún bien moral como dar un dólar a un mendigo, pero eso no significa que la motivación para el acto provenga del Espíritu Santo, o la excusa trillada de, “El Señor lo puso en mi corazón”. Un poco más de investigación revela que frases como ésta tienen una larga historia en su uso en algunos círculos protestantes donde todo se trata de una “relación personal con tu Señor y Salvador Jesucristo”.  Así que predomina la visión de que cualquier “buen” pensamiento fue comunicado a la persona directamente por Dios sin mediación. Ésta es, por supuesto, la piedra angular del protestantismo – una individualidad que atribuye todo a la persona por encima de la “teología”, y que cualquier motivación o inspiración les ha llegado personalmente de Dios. No es de extrañar entonces que haya 40.000 denominaciones protestantes, y sigue la cuenta. Lo que ha causado todo el movimiento ecuménico, no es llegar a la aceptación por parte de los protestantes de esas cosas católicas, que [por cierto] rechazan, sino más bien que los católicos resten importancia a esas verdades divinamente reveladas. Con demasiada frecuencia, los clérigos y los laicos son demasiado tímidos en cuanto a declarar la verdad católica con buen arrojo a la antigua. Por amor de Dios, tengan agallas. Los protestantes parecen nunca preocuparse de lastimar nuestros sentimientos o de ofendernos cuando dicen que la Presencia Real no es real o que María recibe demasiado énfasis y demás. Nunca entra en sus mentes el que deban pisar suavemente cuando lanzan versos de la Biblia para “probar” que la Iglesia está equivocada sobre esto o aquello.
Y sin embargo, los católicos, muchos de ellos, se ponen de inmediato en modo blandengue y tratan de encontrar una forma cautelosa de abordar la falsedad, como si convertirse en un cobarde o en tapete fuera meritorio, siguiendo el ejemplo de mansedumbre de Cristo. No lo es. Es la capitulación, es sacrificar la Verdad por tu propio bien. Muchos católicos no quieren verse contundentes, por lo que comienzan a reducirse. No es así como ganarás conversos. Sino como te aplastan.
Parte de esta psicología protestante, es evidente en el vocabulario que muchos católicos usan hoy en día -la música en la misa y los gestos exteriores-, todos estos decididamente protestantes con un poco de catolicismo. La identidad católica se ha ofrecido sin ninguna oferta concurrente por el protestantismo. Los católicos que todavía practican la Fe de cualquier manera significativa, menos del 20 por ciento del total de los católicos de los Estados Unidos, parecen y son decididamente más protestantes que como se ven y escuchan sus congéneres católicos. En casi todos los ámbitos -teología, liturgia, música, vida devocional, etc.- mucho ha sido tirado a la basura por los católicos sin nada de sustancia para mostrar a cambio. Lo que nos lleva de nuevo a este punto sobre “El Señor lo puso en mi corazón…” o “El Espíritu Santo me dijo…”. Esas son frases decididamente protestantes, subrayando un enfoque protestante a la relación con Dios.
En primer lugar, incluso el uso del término “el Señor”, en contraposición al más católico “Nuestro Señor”, suena a protestantismo. Recordemos que el catolicismo ofrece intimidad con Nuestro Señor; El protestantismo ofrece una relación personal con “el Señor”. Todas las relaciones son personales, involucrando a las personas, pero la intimidad está reservada para aquellas personas que son especiales. Si te metes a un taxi en el aeropuerto y estás charlando con el taxista, estás en una relación personal con él, basado en que ambos son personas y obviamente en relación el uno con el otro. Él es el conductor, tú eres el pasajero. Pero cuando pagas la tarifa, saltas hacia fuera y te apresuras a los brazos de tu amado que te espera con emoción, estás en otra relación personal, pero esta relación personal se eleva a un nivel de intimidad que no tenías con el taxista, por lo menos no normalmente. Y así es con el protestantismo, cara a cara con el catolicismo – relación personal, sí en ambos sentidos pero relación íntima, es sólo en el catolicismo.
Y en cuanto al tema de la relación y la falsa noción de que una relación es lo que se necesita, ¿cómo aborda el protestante la realidad de su relación con Satanás? Con la excepción de la Madre de Dios y Juan el Bautista, todas las criaturas humanas han tenido, y nos atrevemos a decir todavía, tienen, una relación personal con el demonio. Él tienta y con demasiada frecuencia nosotros respondemos. Estamos en relación con él personalmente. Él nos miente porque nos conoce muy bien y aceptamos voluntariamente sus mentiras y sus pecados. Así que para alguien el afirmar que una relación personal es todo lo que se necesita, no logra llevar su propio pensamiento a su conclusión lógica.
Tener una relación personal con Satanás es para casi todos los seres humanos una triste realidad de nuestra naturaleza caída. Pero nunca querríamos afirmar que tenemos intimidad con el Padre de la Mentira, aunque pareciera que muchos lo hacen. En esto radica la distinción, una distinción esencial, entre una mera relación personal y una de intimidad del error protestante y de la verdad católica.
Disfrutar de una relación personal con Nuestro Señor y Salvador Jesucristo es insuficiente para la salvación porque la misma persona también goza de -y usamos la palabra goza porque capta la realidad del pecado- una relación personal con el demonio, de lo contrario jamás pecaría. La intimidad es lo que se requiere, no la insuficiente y escueta incoherencia de sólo una relación personal.
Esa intimidad con Nuestro Señor sólo puede encontrarse en la Iglesia Católica. Incluso es por eso que usamos el término íntimo “nuestro” en lugar del más estéril “el” como en “el Señor”. Ambos son verdaderos. Uno es mejor porque es íntimo. La intimidad con Dios nunca se presume como en “El Señor la puso en mi corazón…” ¿Cómo puedes saber exactamente, no que lo sientes, sino que lo sabes? Sólo haces una declaración, afirmando un hecho y, por lo tanto, basada en los hechos deben presentarse las pruebas. De hecho, Martín Lutero afirmó que los horrores que desató sobre el cristianismo fueron inspirados por Dios, al igual que todos los revolucionarios protestantes. ¿Cómo saberlo?
Esta expresión casi gnóstica de “conocer” lo que Dios ha dicho, hecho o deseado, fuera de la Revelación Divina pública es en extremo soberbia, por muy bien intencionada o inocentemente delirante que sea, y como tal, es una puerta perfecta para lo diabólico.
Por esto es tan inquietante atestiguar que católicos bien intencionados actúen en este sentido. Esto no es católico. Este no es vocabulario católico. No es una tradición católica. Esto no es nada católico. Sus raíces radican en una comprensión herética de Dios, la Iglesia y las Escrituras, y ni siquiera una pizca de deseo de que esto sea verdad puede hacer que así sea.
Se católico y crece en la intimidad, no en la relación.

HOY JESUS ME REGAÑO..........................

Hoy Jesús me regañó mientras celebraba la Misa

Como todos los sacerdotes del mundo, no pasa un día sin que busquen al Padre  para platicar y preguntarle qué hacer ante distintas situaciones: "Fíjese que mi suegra está en contra mía, me dan ganas de alejarme de ella y dejarle de hablar, ¿me recomienda que lo haga?; mi abuelo nos dejó una herencia a todos, pero unos no se la merecen, ¿conviene que haga justicia?; padre ya no aguanto a mi esposo, sus insultos, sus maltratos, me dan ganas de dejarlo, ¿cree que sea conveniente?; siento que todo me ha salido mal en la vida, todos mis esfuerzos han sido en vano, estoy cansada, ¿qué hago...?
En fin, son muchas preguntas cómo estás las que me hacen todos los días, siempre trato de escuchar con el corazón y de iluminarles con algunas palabras de esperanza, invitándolos a hacer el bien, a que le pidan fuerza a Dios para seguir adelante y recordándoles que más vale padecer una injusticia que cometerla, pero lo que más hago es rezar por ellos, especialmente en la Eucaristía cuando tengo entre mis manos a mi Señor le digo: “Te encargó a tal persona y también a aquella, ayúdales para que tomen las mejores decisiones para gloria Tuya y beneficio de sus familias...”
Pero el otro día llegaron a mí en una sola tarde infinidad de problemas y sentía que mis consejos eran muy pobres, cuando llegué a la Misa era un mar de angustia, seguía pensando en cómo le haría para orientarlos. Y justo después de la consagración tartamudee en varias ocasiones, y me recriminé: “Lo estas diciendo mal”, y en ese momento alcance a escuchar a mi dulce Jesús: “Así es, lo estás diciendo mal, tú no podrás ayudarlos, diles que me pregunten a Mí 'qué haría Yo en su lugar' y les indicaré el camino."
Me había equivocado, no solo en el tartamudeo sino en la manera de querer auxiliar, Jesús tenía razón, ¿quién mejor que Él para decirnos qué hacer? Así que me propuse para la siguiente no preocuparme tanto y más bien alentarlos para que se acercaran a Dios y le pidieran consejo a Él mismo.
Esa misma noche antes de salir de la capilla se presentó un señor que quería hablar conmigo, me contó que su papá fue muy cruel con él toda su vida, prácticamente había crecido entre insultos y golpes, además nunca quiso apoyarlo a él y a sus hermanos para ir a la escuela, sin contar que a su mamá sólo le sabía dar ordenes con gritos, así que en cuanto pudo se alejó de él y ya tenía más de 30 años que no lo veía; pero hacía una semana que una tía le contó que lo están dializando, que estaba muy débil y que nadie de la familia le quería ayudar, y por fin me preguntó: “Padre, gracias a Dios tengo una familia, soy muy feliz, sé que mi esposa y mis hijos con gusto recibirán a mi papá, pero creo que no es justo que ahora yo le ayude después de todo lo que él nos hizo sufrir a mí, a mi mamá y a mis hermanos, ¿verdad que no estoy obligado a ayudarle?” 
Le di un abrazo: "Hijo, lamento todo lo que has sufrido y entiendo que no se te haga justo, te pido de favor que me acompañes, te voy a abrir la capilla del Santísimo y quiero que le preguntes a Nuestro Señor 'qué haría Él en tu lugar'”, al cabo de una media hora volvió y me dijo entre lágrimas: “Padre, lo voy a recibir, gracias a mi padre tengo la vida, lo recibiré en mi casa y le ayudaré en todo lo que pueda...”
Me fui a dormir muy alegre, sentía que ese día descansaría como nunca, Dios una vez más me mostró que los problemas los arregla Él, que yo solo debo acercarlos a Él; también me recordó lo fácil que sería nuestra vida si tan sólo lo invitáramos a ella, muchas cosas nos salen mal porque no pensamos en preguntarle a Jesús 'qué haría Él en nuestro lugar', cuánto me gustaría encontrarme a todos los que están atravesando por una dificultad o que necesitan tomar una decisión para decirles: No temas, ni te desgastes tanto, Dios te ama, está contigo y te ayudará, solamente ponte de rodillas ante Él y pregúntale 'mi buen Jesús, ¿qué harías Tú en mi lugar?'

DIOS HARA COSAS GRANDES CON TUS FRACASOS......................................

Dios hará cosas grandes con tus fracasos, confía, todo cambiará



En mi corta vida he experimentado, por gracia de Dios, grandes maravillas y también grandes fracasos, he disfruta el amor de mi mamá Vero y a mi papá Pedro, mis hermanos y toda mi familia, además de muchos amigos y numerosas familias que me regalan su cariño, un día sí y el otro también. Y sin duda lo que más he disfrutado es la presencia del buen Dios a lo largo de mi existencia, he experimentado su increíble amor, pues cada que me equivoco siempre me recibe con un abrazo lleno de cariño y dulces palabras: “Te amo y me alegra que hayas vuelto”.
Pero también he atravesado muchas dificultades y terribles fracasos, que solamente unos cuantos conocen, porque si los compartiera muchos se preocuparían por mí, así que decido guardarlas en mi corazón, con la confianza de que Cristo sabe muy bien lo mucho que me duelen y Él me sanará y me regalará esa sonrisa que, según me dicen, distingue al Padre Sergio, pero yo sé que no es mérito propio, es regalo de Dios mismo y herencia de mi mamá, como dice mi abuelita Cari: “Qué bonita sonrisa tiene siempre tu mami”.
Estoy convencido de que gracias a mi Padre del Cielo soy lo que soy, al ver mi vida descubro que sin duda Él escribe en renglones torcidos y rescata de los más terribles fracasos; en más de una ocasión he sentido que Jesús mismo me toma de su mano y me levanta, por eso me gusta mucho la imagen de Jesús sacando a Pedro de las aguas, que por su falta de fe estaba ya hundiéndose, me imagino que soy yo a punto de ahogarme cuando Él me toma del brazo con una sonrisa y me ayuda a salir de la tormenta.
Esta experiencia de “rescate” quiero compartirla con muchas personas, y es que las caídas están a la orden del día, con extremada frecuencia encuentro personas, que aseguran haber fracasado en todo, que ya nada tiene sentido, que todo ha salido mal, que todo está perdido y me entregan sus lágrimas con la esperanza de que Dios les ayude.
A todos ellos me encanta pedirles que volteen a ver a Cristo en la Cruz y les digo: “Para mí la muerte de Jesús fue el peor fracaso de la historia, imagínate, Él siendo Dios, el creador de todo el universo, acabó muerto de manos de sus propios hijos, Él vino al mundo para salvarnos y sus planes le salieron tan mal que aquellos a quienes quería salvar lo humillaron, lo maltrataron y lo mataron, San Pablo bien dice que la Cruz es un escándalo, porque es el símbolo del fracaso de Cristo, donde hasta sus amigos mejores amigos, los apóstoles, lo abandonaron...”
“Pero desde ese fracaso Jesús nos salvó, pues al tercer día venció a la misma muerte, al enemigo que nadie ha podido vencer, Dios Padre lo resucitó, demostrándonos que aún el peor fracaso tiene sentido si confiamos en los planes de Dios tal como Jesús confió. Ahora ponte a pensar: si el mayor fracaso de la historia, el fracaso de Cristo, fue transformado en salvación para todos nosotros, estoy convencido de que con nuestras caídas fácilmente Dios hará cosas maravillosas en nuestra vida, recuerda, Dios está por encima de todo”.
Y les digo: “Así que no te agobies, te entristezcas, te deprimas, ni te frustres tanto de tus fracasos, no importa que hayan sido grandes, que todos se hayan dado cuenta, que todos te hayan criticado, que todos se hayan alegrado de verte derrotado, más bien enorgullécete, porque es desde ese fracaso que Dios te mostrará su poder al rescatarte y levantarte, a ti y a toda tu familia. No te deprimas, mejor acércate más a Dios, recuerda las palabras de San Pablo: “La fuerza de Cristo se manifiesta en la debilidad” y llénate de valor y fortaleza porque desde tu dolor Dios hará grandes maravillas, nada está perdido, todo estará bien si te pones en las manos de Dios y con fe le pides que haga grandes maravillas Él que liberó a los israelitas de la mano de sus enemigos, que perdonó los terribles pecados de David, que hizo manar leche y miel del desierto, que por su gracia se encarnó en la Virgen María y que al tercer día después de ese gran fracasó venció a la muerte. Ten confianza en el buen Dios y pronto cantarás de alegría: Gloria a Dios en lo alto del Cielo”.
Por esto me encanta Dios y lo amo con todas mis fuerzas, porque es capaz de transformar cualquier fracaso en gloria, porque nos ama tanto que solo nos pide la fe para hacer grandes obras en nuestra vida. Porque ha ocultado estas cosas a los sabios y entendidos que consideran la derrota o el fracaso como lo más temido o lo peor que les pueda pasar y no confían ni esperan a que Dios los rescate, yo quiero ser de esos 'necios' que llama San Pablo, de aquellos que confían en Dios hasta el límite, quiero ser de esos pocos que confían con los ojos cerrados en mi buen Jesús y que ningún fracaso nos enfrascará, nos apocará, ni nos entristecerá:
Padre Santo, todopoderoso y cercano a tus hijos, me postro en tu presencia y te pido que me concedas la gracia de confiar siempre en Ti, para que a pesar de todos mis fracasos, derrotas, caídas y enfermedades, descubra que no es el fin, sino el comienzo de una historia maravillosa que Tú me tienes preparada, confío y espero con serenidad el momento en que Tú me rescatarás, me levantarás y me mostrarás que tu fuerza se manifiesta en mí debilidad. Amén.

lunes, 31 de julio de 2017

PADRE NUESTRO

PADRE NUESTRO. Explicación de la oración por excelencia que el mismo Jesucristo nos enseñó

¿Cuál es la oración vocal más excelente?
 La oración vocal más excelente es la que el mismo Jesucristo nos enseñó, que es el Padrenuestro.
281.- ¿Por qué el PADRENUESTRO es la oración más excelente? 
– El Padrenuestro es la oración más excelente porque la compuso y enseñó el mismo Jesucristo; encierra con claridad y en pocas palabras cuanto podemos esperar de Dios y es la regla y dechado de todas las demás oraciones.
282.- ¿No es también el Padrenuestro la oración más eficaz?
– El Padrenuestro es también la oración más eficaz porque es la más acepta a Dios, pues hacemos oración con las mismas palabras que nos dictó su divino Hijo.
283.- ¿Por qué el Padrenuestro se llama oración dominical?
– El Padrenuestro se llama oración dominical, que quiere decir oración del Señor, precisamente porque nos la enseñó Jesucristo por su propia boca.
284.- ¿Cuántas peticiones hay en el Padrenuestro? 
– En el Padrenuestro hay siete peticiones precedidas de una introducción.
285.- Rezad el Padrenuestro.
– Padrenuestro, que estás en los cielos:
1a. Santificado sea tu nombre.
2a. Venga a nosotros tu reino.
3a. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo.
4a. El pan nuestro de cada día, dánosle hoy.
5a. Perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores.
6a. Y no nos dejes caer en la tentación.
7a. Mas líbranos del mal. Amén.
286.- ¿Por qué al invocar a Dios al principio de la oración dominical le llamamos Padre nuestro? 
– Al principio de la oración dominical llamamos Padre nuestro a Dios para despertar nuestra confianza en su bondad infinita, siendo nosotros sus hijos.
287.- ¿Cómo podemos decir que somos hijos de Dios? 
– Somos hijos de Dios:
1o., porque Él nos ha creado a su imagen y nos conserva y gobierna con su providencia;
2o., porque, con especial benevolencia, nos adoptó en el Bautismo como hermanos de Jesucristo y coherederos con El de la vida eterna.

288.- ¿Por qué llamamos a Dios Padre nuestro y no Padre mío?
– Llamamos a Dios Padre nuestro y no Padre mío porque todos somos sus hijos, por lo cual hemos de mirarnos y amarnos todos como hermanos y rogar unos por otros.

289.- ¿Cómo, estando Dios en todo lugar, decimos: QUE ESTÁS EN LOS CIELOS? 
– Dios está en todo lugar; pero decimos Padre nuestro que estás en los cielos para levantar nuestros corazones al cielo, donde Dios, en la gloria, se manifiesta a sus hijos.
2o.- De la primera petición

290.- ¿Qué pedimos en la primera petición: SANTIFICADO SEA TU NOMBRE?
– En la primera petición Santificado sea tu nombre, pedimos que Dios sea conocido, amado, honrado y servido de todo el mundo y de nosotros en particular.

291.- ¿Qué entendemos cuando pedimos que Dios sea conocido, amado y servido de todo el mundo?
– Entendemos pedir que los infieles vengan al conocimiento del verdadero Dios, los herejes reconozcan sus errores, los cismáticos vuelven a la unidad de la Iglesia, los pecadores se conviertan y los justos perseveren en el bien.

292.- ¿Por qué pedimos ante todo que sea santificado el nombre de Dios?
– Pedimos ante todo que sea santificado el nombre de Dios porque hemos de desear más la gloria de Dios que todos nuestros intereses y provechos.

293.- ¿De qué manera hemos de procurar la gloria de Dios? 
– Hemos de procurar la gloria de Dios con oraciones y buen ejemplo, y enderezando a El todos nuestros pensamientos, afectos y acciones.
3a.- De la segunda petición

294.- ¿Qué entendemos por REINO DE DIOS?
– Por reino de Dios entendemos un triple reino espiritual: el reino de Dios en nosotros, que es la gracia; el reino de Dios en la tierra, que es la Iglesia Católica, y el reino de Dios en el cielo, que es la bienaventuranza.

295.- ¿Qué pedimos en orden a la gracia con las palabras VENGA A NOSOTROS TU REINO? 
– En orden a la gracia, pedimos que Dios reine en nosotros con su gracia santificante, por la cual se complace de morar en nosotros como rey en su corte, y que nos conserve unidos a sí con las virtudes de la Fe, Esperanza y Caridad, por las cuales reina en nuestro entendimiento, en nuestro corazón y en nuestra voluntad.

296.- ¿Qué pedimos en orden a la Iglesia con las palabras venga a nosotros tu reino? 
– En orden a la Iglesia, pedimos que se dilate y propague por todo el mundo para la salvación de los hombres.

297.- ¿Qué pedimos en orden a la gloria con las palabras venga a nosotros tu reino?
– En orden a la gloria, pedimos ser un día admitidos en la bienaventuranza, para que hemos sido creados, donde seremos cumplidamente felices.
4o.- De la tercera petición

298.- ¿Qué pedimos en la tercera petición: HÁGASE TU VOLUNTAD, ASÍ EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO? 
– En la tercera petición: Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo, pedimos la gracia de hacer en todas las cosas la voluntad de Dios, obedeciendo sus santos mandamientos con la misma presteza con que los ángeles y santos le obedecen en el cielo. Pedimos además la gracia de corresponder a las divinas inspiraciones y de vivir resignados a la voluntad de Dios cuando nos enviare alguna tribulación.

299.- ¿Es necesario que cumplamos la voluntad de Dios?
– Es tan necesario que cumplamos la voluntad de Dios como lo es alcanzar la salvación eterna, pues Jesucristo dijo que sólo entrará en el reino de los cielos el que hiciere la voluntad de su Padre.

300.- ¿De qué manera podemos conocer la voluntad de Dios? 
– Podemos conocer la voluntad de Dios especialmente por medio de la Iglesia y de nuestros superiores espirituales, puestos por Dios para guiarnos en el camino de la salvación. También podemos conocerla por las divinas inspiraciones y por las circunstancias en que el Señor nos ha colocado.

301.- ¿Debemos reconocer siempre la voluntad de Dios en las cosas así prósperas como adversas de esta vida?
– En las cosas prósperas como adversas de esta vida hemos de reconocer siempre la voluntad de Dios, el cual todo lo dispone o permite para nuestro bien.
5o.- De la cuarta petición

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302.- ¿Qué pedimos en la cuarta petición: EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA, DÁNOSLE HOY?
– En la cuarta petición: El pan nuestro de cada día, dánosle hoy, pedimos a Dios lo que nos es necesario cada día para el alma y para el cuerpo.

303.- ¿Qué pedimos a Dios para nuestra alma? 
– Para nuestra alma pedimos a Dios el mantenimiento de la vida espiritual, es decir, rogamos al Señor nos dé su gracia, de la que continuamente tenemos necesidad.

304.- ¿Cómo se mantiene la vida de nuestra alma? 
– La vida de nuestra alma se mantiene sobre todo con la divina palabra y con el Santísimo Sacramento del altar.

305.- ¿Qué pedimos a Dios para nuestro cuerpo?
– Para nuestro cuerpo pedimos lo necesario para el mantenimiento de la vida temporal.

306.- ¿Por qué decimos: EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA y no EL PAN DE CADA DÍA?
– Decimos: El pan nuestro de cada día y no El pan de cada día, para excluir todo deseo de los bienes ajenos; por esto le pedimos al Señor nos ayude en las ganancias justas y lícitas con que nos procuremos el sustento mediante nuestro trabajo, sin echar mano de hurtos y malas mañas.

307.- ¿Por qué decimos DANOS y no DAME el pan?
– Decimos danos y no dame para traernos a la memoria que, siendo Dios el dador de todos los bienes, al darlos en abundancia, lo hace para que distribuyamos lo superfluo a los pobres.

308.- ¿Por qué añadimos DE CADA DÍA?
– Añadimos de cada día porque hemos de querer lo necesario para la vida, y no la abundancia de manjares y bienes de la tierra.

309.- ¿Qué significa la palabra HOY en la cuarta petición?
– La palabra hoy quiere decir que no hemos de andar demasiado solícitos de lo por venir, sino pedir lo que al presente necesitamos.
6o.- De la quinta petición

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310.- ¿Qué pedimos en la quinta petición: PERDÓNANOS NUESTRAS DEUDAS, ASÍ COMO NOSOTROS PERDONAMOS A NUESTROS DEUDORES?
– En la quinta petición: Perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores, pedimos a Dios nos perdone nuestros pecados, como nosotros perdonamos a nuestros ofensores.

311.- ¿Por qué nuestros pecados se llaman deudas? 
– Nuestros pecados se llaman deudas porque hemos de satisfacer por ellos a la divina justicia en esta vida o en la otra.

312.- ¿Pueden esperar de Dios perdón los que no perdonan al prójimo?
– Los que no perdonan al prójimo no tienen razón ninguna para esperar de Dios el perdón; tanto más que se condenan por sí mismos diciendo a Dios que les perdone como ellos perdonan a su prójimo.
7o.- De la sexta petición

313.- ¿Qué pedimos en la sexta petición: Y NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN? 
– En la sexta petición: Y no nos dejes caer en la tentación, pedimos a Dios que nos libre de las tentaciones, o no permitiendo que seamos tentados o dándonos gracia para no ser vencidos.

314.- ¿Qué son las tentaciones? 
– Las tentaciones son unas excitaciones al pecado que nos vienen del demonio, o de los malos, o de nuestras pasiones.

315.- ¿Es pecado tener tentaciones?
– No, señor; no es pecado tener tentaciones; pero es pecado consentir en ellas o exponerse voluntariamente a peligro de consentir.

316.- ¿Por qué permite Dios que seamos tentados? 
– Dios permite que seamos tentados para probar nuestra fidelidad, para darnos ocasión de perfeccionar nuestras virtudes y para acrecentar nuestros merecimientos.

317.- ¿Qué hemos de hacer para evitar las tentaciones? 
– Para evitar las tentaciones hemos de huir de las ocasiones peligrosas, tener a raya nuestros sentidos, recibir a menudo los Santos Sacramentos y valernos de la oración.
8o.- De la séptima petición

318.- ¿Qué pedimos en la séptima petición: MAS LÍBRANOS DEL MAL?
– En la séptima petición: Mas líbranos del mal, pedimos a Dios que nos libre de los males pasados, presentes y futuros, especialmente del sumo mal, que es el pecado, y de la pena de él, que es la condenación eterna.

319.- ¿Por qué decimos LÍBRANOS DEL MAL y no DE LOS MALES? 
– Decimos: Líbranos del mal y no de los males porque no hemos de desear estar exentos de todos los males de esta vida, sino solamente de los que no convienen a nuestra alma, y por esto pedimos nos libre Dios del mal en general; a saber, de todo lo que prevé que es mal para nosotros.

320.- ¿Es lícito pedir que nos libre Dios de algún mal particular, por ejemplo, de una enfermedad?
– Si, señor; es lícito pedir a Dios nos libre de algún mal particular, pero siempre remitiéndonos a su voluntad, ya que puede ordenar aquella misma tribulación para provecho de nuestra alma.

321.- ¿De qué sirven las tribulaciones que Dios nos envía?
– Las tribulaciones nos ayudan a hacer penitencia de nuestras culpas, a ejercitar las virtudes y, sobre todo, a imitar a Jesucristo, nuestra cabeza, a la cual es justo nos conformemos en los padecimientos si queremos tener parte en su gloria.

322.- ¿Qué quiere decir AMÉN al final del PADRENUESTRO?
– Amén quiere decir: así sea, así lo deseo, así lo pido al Señor y así lo espero.

323.- ¿Basta rezar de cualquier manera el PADRENUESTRO para alcanzar las gracias que pedimos?
– Para alcanzar las gracias que pedimos en el Padrenuestro hay que rezarlo sin atropellamiento, con atención y acompañarlo con el corazón.

324.- ¿Cuándo hemos de rezar el PADRENUESTRO?
– Hemos de rezar el Padrenuestro todos los días, pues todos los días tenemos necesidad del socorro de Dios.