miércoles, 25 de enero de 2017

HAY UN PECADO QUE DIOS NO PERDONA.....................

Hay un pecado que Dios no perdona, ¿sabes cuál?



“Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón nunca, antes bien, será reo de pecado eterno.”(Mc. 3, 29)
Hay muchos que ante esta cita bíblica quedan desconcertados y a la final, o se hacen de la vista gorda para no complicarse la existencia y continúan con su vida, o quedan con la idea de que Dios perdona todo pero que Su misericordia tiene un “límite” cuando del Espíritu Santo se trata, tirando al traste las veintiséis veces en que el Salmo 135 afirma que “(…) es eterna su misericordia”(Salmo 135, 1- 26)… seamos realistas, también habrán de los que ni sabían de la existencia de esta cita pero ya que la leyeron, pues de una vez harán el esfuerzo de informarse.
El contexto para evitar el pretexto
Para poder comprender a qué se refería Jesús con estas palabras, debemos ir hacia atrás (del texto bíblico… por favor regrese al asiento), y ver toda la historia. Cuando vemos una cita bíblica sin saber en qué momento fue dicha, a quién fue dicha y las circunstancias del evento, podemos fácilmente malentender (y malinterpretar) la cita. Revisar Marcos 3, 20-30 nos dará un contexto amplio sobre la afirmación que ha hecho Cristo. (Tal vez quieran –deban–  leerlo antes de continuar)
En Mc. 3,20 vemos a Jesús expulsando demonios aquí y allá, mientras algunas autoridades judías empezaron a decirles a los demás que era Jesús quien estaba poseído, y que era por el poder de Satanás que podía expulsar a los demonios.
Después de explicar porqué “expulsar a Satanás con el poder de Satanás” no tenía sentido (admitámoslo, debió ser más ridículo escucharlo que leerlo), Jesús pronuncia estas palabras que hemos citado al inicio, refiriéndose al pecado que no será perdonado.
Básicamente, la gente estaba diciendo que la obra del Espíritu Santo era en realidad obra de Satanás. Ahora, debemos tener en cuenta que Jesús vino exclusivamente a hacer la obra de Dios (para mostrarnos el amor del Padre y para perdonarnos por el pecado que nos mantenía separados de Él). Si fallamos en reconocer y aceptar esa obra, nos estamos cerrando a la misericordia y el perdón que Dios está tratando de darnos. Si ese es el caso, ¿cómo podremos ser perdonados?
Siendo más claros…
“(…) No hay límites a la misericordia de Dios, pero quien se niega deliberadamente a acoger la misericordia de Dios mediante el arrepentimiento rechaza el perdón de sus pecados y la salvación ofrecida por el Espíritu Santo. Semejante endurecimiento puede conducir a la condenación final y a la perdición eterna”(Catecismo de la Iglesia Católica, 1864)
No es que haya gente que vaya por la vida diciendo que las obras de Cristo en realidad son de Satanás – aunque puede que sí los haya –, sino que basta el hecho de cerrarnos a la misericordia de Dios, creyendo que nuestro pecado es más grande que Su misericordia. Básicamente se reduce a esto: cuando no creemos que Dios puede salvarnos, estamos cerrando nuestro corazón al Espíritu Santo, y por tanto Dios no nos puede salvar. No se trata de que Dios no “pueda” perdonarnos, sino que nosotros no queremos ser perdonados.
En otras palabras mis estimados, ni la misericordia de Dios tiene un límite, ni hay necesidad de inventarse “pecados imperdonables” para explicar esta cita bíblica. Sencillamente – y están en toda la libertad de ponerlo en su muro de Facebook ahora mismo – el único pecado que Dios no puede perdonar, es aquél por el cual nos rehusamos a pedir perdón.
¡Dios los bendiga!

HOY DESCUBRI QUE ME FALTA FE..

Hoy descubrí que me falta fe

El domingo que el evangelio nos recordaba a san Juan Bautista proclamando que Jesús era el hijo de Dios, me quedé pensando, no ha de ver sido fácil hacer esta afirmación cuando un Rey quería tu cabeza en una bandeja de plata... ¿qué hacía que san Juan no tuviera miedo si no gozaba ni de poder, ni de dinero, ni de amigos importantes…? Lo único que tenía en abundancia era fe en Dios.
Y es que la fe del Bautista fue más grande que las amenazas de Herodes, su confianza Dios le quitó el miedo y alegremente anunció la venida del Hijo de Dios. ¡Sería maravilloso que tuviéramos una fe así de profunda! Nuestra vida sería bien diferente... muchos vivimos en una angustia constante, o con una tristeza bien arraigada… sin duda en esos momentos nos falta más fe para saber que Cristo nunca nos dejará solos y que nos sacará bien librados de todos nuestros aprietos. 
CREAMOS EN DIOS EN MEDIO DE LAS DIFICULTADES
Todos con facilidad decimos que creemos en Dios cuando nuestra vida es bendecida, cuando no nos falta nada, cuando nuestra familia está bien, pero la verdadera fe se prueba en medio de las dificultades. Piensa en los santos, aunque sufrían persecuciones, hambre, soledad, enfermedades, calumnias y demás... tenían su fe bien firme en Dios y no temblaban porque sabían que el que tiene la última palabra es Dios. Su fe les decía que nada ni nadie los separaría del amor de Cristo, el cual era su protector, y antes bien en medio de las dificultades su confianza en Dios les aumentaba las fuerzas y la alegría; incluso en la cárcel daban gloria a Dios, en el martirio sonreían y sin dinero hacían grandes obras. Ahora te pregunto a ti: ¿tiemblas ante las dificultades? Y si tu respuesta es 'sí' necesitas aumentar tu fe para descubrir que Dios es más grande que todos tus problemas, más fuerte que cualquier enemigo, más poderoso que cualquier dificultad... 
CREAMOS EN DIOS EN LA ENFERMEDAD
Lamentablemente la enfermedad en algún momento toca nuestras vidas o las de nuestros seres queridos y cuando esto ocurre no sabemos qué hacer y nos angustiamos... pero conozco muchas personas que aunque están en fase terminal se les ve tan serenas y alegres que desconciertan, y preguntándoles cuál es su secreto te afirman que Dios está detrás de esa paz, dándoles fortaleza. Cuántos de nosotros ante una enfermedad nos ponemos tristes, nos deprimidos, incluso nos enojamos con Dios y le reclamamos: "¿Porque a nosotros Señor?" El problema no es la enfermedad, sino la falta fe, necesitamos poner nuestra esperanza en el buen Jesús que pasó toda su vida sanando enfermos y dando esperanza a los que lo necesitaban. Así es que si la enfermedad te hace tambalear, ¡aumenta tu fe y descubrirás que no hay imposibles para Dios!
CREAMOS QUE DIOS NOS AYUDARÁ A CAMBIAR
Los grandes santos tienen metas bien altas, pero la primera es cambiar de vida, alejarse del pecado. No es suficiente con decir que tenemos fe, ella nos tiene que ayudar a detenernos cuando queramos hacer el mal, a detenernos de recaer en nuestros vicios, a detenernos cuando la violencia llené nuestro ser, ¡nuestra fe debe ayudarnos a ser santos! Hay personas que me dicen que ya lo intentaron todo, que no pueden cambiar y portarse bien, ¿no será más bien que les falta fe en que Dios tiene el poder para ayudarlos a cambiar? Necesitamos comprometernos y ser mejores cada día, tú y yo sabemos a qué debemos renunciar, ánimo, aumenta tu fe y pronto santo serás.
De antemano a todos nos falta fe, no importa que tan cercanos estemos a Dios llegan momentos tan difíciles que nos hacen caer, pero no te rindas, con humildad dile al Señor: “Mi Dios creo en ti, pero aumenta mi fe”. Con una fe tan sólida como la de san Juan Bautista podrás estar en paz en medio de cualquier tormenta, no te canses de pedirle al Espíritu Santo que te regale el don de la Confianza en Dios y verás que serás prácticamente invencible ante cualquier persona o problema.
La fe mueve montañas, ¡creelo de corazón!

CARTA DE UNA SUEGRA..................................

Carta de una suegra a su futura nuera

Querida futura nuera:
En donde quiera que te encuentres, quiero que sepas que ya queremos conocerte y que ya desde este momento te amamos.
Desde que nació nuestro hijo, no solo oramos por él, sino que hemos orado específicamente también por ti. Sabemos que Dios tiene planes maravillosos para ambos que se harán realidad algún día. Mientras esperamos pacientemente el día de su boda, tu suegro y yo queremos que sepas algunas cosas:
1.- Cuando te cases con nuestro hijo, serás mucho más que nuestra nuera, serás nuestra HIJA.
Nosotros creemos que cuando dos personas se enamoran y se unen en matrimonio, realmente forman UNO solo. Te convertirás no solo en la amada esposa de nuestro hijo, sino también en nuestra hija. No te vemos solo como una mujer que se unirá legalmente a nuestro hijo, te vemos como su hermosa esposa que lo será de por vida.
"De la costilla que el Señor Dios había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre. Entonces éste exclamó: "Esta vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada mujer, porque del varón ha sido tomada". (Génesis 2,22-23)
2.- Apoyamos tu autonomía de pareja.
Para decirlo en pocas palabras, quiero resistir y no ”meterme en sus asuntos”. Cuando ustedes se casen, serán una familia independiente. Tu suegro y yo queremos apoyarlos de la mejor manera que podamos, pero también quiero respetar tu privacidad y marcar límites saludables. Te prometo llamar antes de visitarlos y tratar de ofrecer consejo solo cuando me lo pidan.
"Por eso el hombre deja a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y pasan a ser una sola carne". (Génesis 2,24)
3.- Queremos ser bendición para ustedes.
Ante cualquier cosa, queremos bendecirlos a ti y a nuestro hijo tantas veces sea posible. Dios nos ha  bendecido con ustedes dos y queremos extender esa bendición a ustedes también. La relación entre suegros y nuera muchas veces se representa en forma negativa, pero no queremos ser así. Estamos con ustedes, no contra ustedes. Por eso, pueden venir a buscarnos para apoyarles en cualquier cosa.
"Y ahora te has dignado bendecir la casa de tu siervo para que permanezca por siempre en tu presencia. ¡Oh Señor! Tú eres el que bendice y mi casa, pues, será bendita para siempre". (1 Crónicas 17,27)
4.- Todos cometeremos errores.
Cuando dos familias se integran, puede ser complicado y desastroso. Todos cometeremos algún error. Alguna vez diremos alguna palabra que pueda herir sin querer, o no haremos algo que sea necesario. En esos momentos prometo pedirte perdón y decirte con sinceridad si mis sentimientos fueron heridos alguna vez. Te pido que tú también hagas lo mismo con el fin de que persevere la paz en nuestras familias. Quiero que sepas que siempre podrán comunicarse libremente con nosotros pase lo que pase.
5.- Si, soy su madre, pero quiero ser tu AMIGA.
Yo sé que tienes tu propia madre y no quiero tomar el lugar especial que guarda en tu corazón. Quiero ser tu amiga, una amiga mayor. Quiero que vayamos a desayunar y de compras. Quiero cuidar a nuestros nietos y darte una oportunidad para descansar un momento. Quiero estar disponible y que me llames si necesitas alguien de experiencia con quien hablar. Realmente deseo que seamos amigas. Lo espero con todo el corazón.
"El aceite y los perfumes alegran el corazón, la dulzura de la amistad reconforta el alma". (Proverbios 27,9)
6.- Soy tu guerrera de oración.
Seguiré orando para que Dios prepare tu corazón mientras creces, querida hija. Oro para que recibas sabiduría y conozcas al Señor. Oro para que Él inunde tu vida de bendiciones. Que proteja tu corazón y mente de todo pecado. Oro para que en el caso que cometas errores, y todos lo hacemos, sepas que puedes buscar Su Perdón y Misericordia y que realmente serás perdonada. Cuando tengas roto el corazón, oro por que se lo entregues a Dios. Solo Él puede colmarlo. Ni siquiera mi hijo podrá llenar ese vacío. Eres hija de Dios. Vales mucho. Oro para que siempre lo recuerdes.
Mantén la esperanza porque Dios tiene un magnífico plan para tu vida. Yo oraré de la misma manera por nuestro hijo y por ti. Y estaré esperando el día en que  te traiga a casa para conocerte por primera vez. Me será difícil esperar. Pero mientras llega ese día, querida hija, tienes que saber que ya eres muy amada por tu familia.
Con amor y muchas bendiciones,
Tu suegra y amiga, Ashley Willis.

LEELO SI TIENES EL CORAZON LLENO DE ODIO, CORAJE O RENCOR

Léelo si tienes el corazón lleno de odio, coraje o rencor

De vez en cuando me gusta salir a caminar para distraerme un poco y aprovecho también para saludar a los que no veo tan seguido en el templo. Fue en uno de estos recorridos que me encontré con Agueda, una señora ya mayor, para platicar:
– Padre, buenas tardes, ¿cómo esta?
– Bien, y usted qué tal, la veo preocupada.
– Pues no tan bien como usted, de hecho lo vi y le quiero pedir un consejo: tengo algo que no se cómo sacar de mi vida y ya me cansó. Mi esposo me hizo muchas cosas, nunca me supo valorar como esposa, jamás me defendió con su familia, en la casa sólo me quería para que lo atendiera, además de que su alcoholismo me hizo mucho daño, y aunque sufro mucho por el rencor que le tengo, siento que es imperdonable todo lo que me hizo, estoy desesperada, no sé qué hacer.
– Hija, déjeme contarle una anécdota: “Hace mucho tiempo un franciscano descubrió que había muchos rencores entre sus feligreses así que decidió hacer algo y les que para el siguiente día llevaran una bolsa muy resistente. Ya con bolsa en mano descubrieron que en el centro de la capilla había varias cajas de naranjas. Entonces les pidió que escribieran en cada fruta el nombre de alguien a quien le guardaran rencor, odio o resentimiento… un nombre, una naranja. La capilla se llenó de risas y sorpresas, unas bolsas estaban a punto de reventarse de tantas naranjas. Pero entre tanta risa el fraile les ordenó: 'Deben cargar por una semana esta bolsa de naranjas a todos lados, no pueden dejarlas para descansar...'”
– Padre, seguramente se habrán cansado mucho.
– Así es hija: “A los siete días llegaron todos a la parroquia quejándose de haber cargado inútilmente esas naranjas, unos decían que los huesos les dolían y otros que ya estaban echándose a perder y apestaban horrible. Entonces el monje muy pacientemente les habló: 'Hijos, si se cansaron con estas naranjas imagínense lo que han de estar cargando sus corazones, he notado que en este pueblo casi no ríen, tienen miedo de visitarse entre familias, se cuidan todo el tiempo los unos de los otros, llevan muchas cosas sobre sus espaldas, así nunca podrán ser felices... ese peso es más terrible que estas naranjas, que como quiera solo cansan el cuerpo, pero el rencor seca el alma y la deja triste”.
Esto mismo le pasa a usted hija, al tener lleno el corazón de todos estos rencores no da espacio a las cosas buenas de la vida, a la alegría, la amistad, la tranquilidad, la familia, a Dios mismo… Necesita decidirse a soltar de inmediato todo esto que lleva cargando, estoy seguro que el buen Jesús quiere que se anime a perdonar y a soltar. No le vaya a pasar como a algunas personas que por no soltar tienen 50, 30, 10 años viviendo en el pasado… Ahorita que está a tiempo perdone a su esposo.
– Padre, me apena decirlo, pero mi esposo murió hace 20 años, y desde esa fecha estoy así, no pasa un día sin que le recrimine todo lo que me hizo, a veces como que el coraje se me viene y ni la comida me sabe...
– Hija, nunca es tarde, me da gusto que se de cuenta hoy de lo mucho que lleva sobre su corazón. Es tiempo de pedirle a Dios que le conceda mucha fuerza para que salga adelante, para que en el instante que esté enfrascándose en el pasado tenga la fortaleza para decidir dejar de atormentarse y pensar en cosas buenas que la hagan sonreír.
En lo personal, cuando el rencor se quiere apoderar de mi corazón me gusta rezar: “Padre bueno enséñame a perdonar, a comprender y a olvidar”, lo repito muchas veces, sé que con su ayuda mi corazón estará sereno de nuevo… No dejes que tus recuerdos, sentimientos y corajes arruinen tu vida ¡Si tú no puedes liberarte: pídele ayuda a Jesús, recuerda que suyo es el poder!

AGUANTA...asi como cristo aguanto..........................

¡Aguanta! Así como Cristo aguantó por amor ti

Fue en la ciudad de Puebla que celebré una Eucaristía por la conclusión del curso de preparación de más de 150 niños a la primera comunión, la Misa parecía una fiesta, en la homilía se me enchinó la piel con una oración que recitaron para recibir el “Pan del Cielo”. Ahora, al recordar la fe y alegría de esos niños, le pido a Dios que me conceda tan sólo un poco de esa devoción feliz y sencilla.
Pero, al momento que le di la paz a los niños, el corazón se me rompió, uno de ellos entre sollozos me dijo: "Tengo miedo de que se separen mis papás ¿qué hago para que ya no se griten tanto?" El Niño tendría tan solo 7 años y sus sollozos le impedía hablar. Me rompió el corazón, me sentía muy mal, y antes de dar la Comunión, mientras sostenía a Nuestro Señor entre mis manos, le decía en silencio que no podía entender cómo un niño tan pequeño tenía que enfrentarse a tristezas tan grandes…
Terminé la Eucaristía todavía con un nudo en la garganta, yo también necesitaba llorar, tenía muchas preguntas en mi interior, las lágrimas de este pequeño en verdad me hacían sufrir, así es que me fui al Sagrario a buscar ayuda.  
Delante de Jesus Sacramentado me puse a pensar en todos los jóvenes que viven sumidos en la tristeza porque en sus familias solo hay problemas, o en aquellos que lloran porque sus papás no los quieren, si supieran cuántos han llorado ante mí diciendo: “Mi papá/mamá nunca me ha dicho que me quiere, nunca me ha dado un abrazo”. Luego venían a mi mente las parejas que se la pasan peleando, gritando y humillándose, en las que abandonan a su familia, en los papás que descuidan a los suyos por trabajar y ganar sin límites, en los jóvenes que sin consciencia tienen niños y los abandonan, en los papás que gritan a sus vástagos que no valen nada o que les dicen que se arrepienten de haberlos tenido. Se les hace tan fácil, pero si supieran las heridas tan grandes que dejan en sus hijos...
Por eso recé y rezo mucho por las familias, para que encuentren la paz y la felicidad, y así sus hijos se sientan amados. 
El día de hoy quiero invitar a todas las parejas a que contemplen a Cristo en la cruz, a que lo vean allí clavado, sufriendo injustamente por amor, por nuestra salvación, piensen en esto: "Si Jesús no hubiera aguantado el peso de la cruz simplemente no nos habría salvado". Igualmente ustedes, si no se deciden a aguantar por amor a sus hijos nadie más los salvará, aprendan de Cristo que decidió aguantar clavado en la cruz por amor a ti.
Es tu turno, de corazón te suplico: ¡Por amor detente, aguanta, se paciente, necesitas salvar a tu familia! Cristo aguanto por amor a ti, ahora tu aguanta por amor a tus hijos...
AGUANTA la tentación de ser agresivo, de humillar, de maltratar, de gritar, de estar de nervios...
AGUANTA la tentación de ser infiel, de hacer del trabajo tu vida y descuidar a tu familia, de hacer más caso a tus papás y hermanos que a tu esposo/a e hijos, de entregarte al alcohol y otras adicciones...
AGUANTA la tentación de creerte superior que tu pareja, de creer que estarías mejor lejos, de creer que todo depende del otro, de creer que eres infeliz porque no te dejan ser feliz...
AGUANTA y decídete ser feliz con tu familia, decídete ser feliz con lo que tienes, decídete a poner todo de tu parte para que crezca el amor y la paz, decídete a perdonar y olvidar por amor...
Y cuando sientas que ya no puedes más híncate frente a Cristo en la cruz y ve que Él sigue aguantando el sufrimiento por amor a ti, para salvarte, para verte feliz... ¡Verás que Él te dará la fuerza y sabiduría para arreglar tu familia!
Cuenta con mis oraciones,