Familia: Los miembros que componen un hogar; un grupo de personas relacionadas entre sí a través del matrimonio o por consanguinidad y que, típicamente, incluye un padre, una madre y los hijos. La familia es una sociedad natural cuyo derecho a existir y a apoyarse mutuamente es de ley divina y no una concesión del estado. De acuerdo al Concilio Vaticano Segundo, "la familia es la fundación de la sociedad" (La Iglesia en el Mundo Moderno, II, 52). Además de la familia natural, la Iglesia también reconoce a la familia sobrenatural de la diócesis y de las comunidades religiosas, cuyos miembros deberán de cooperar para la edificación del Cuerpo de Cristo. (Decreto sobre la Oficina Pastoral de los Obispos, 34 y la Constitución Dogmática de la Iglesia, 43).
Matrimonio cristiano:
"Matrimonio cristiano: Aquella unión de los cristianos, llamada por el Apóstol sacramento grande en Cristo y en la Iglesia, reclama también toda nuestra solicitud, por parte de todos, para impedir que, por ideas poco exactas, se diga o se intente algo contra la santidad, o contra la indisolubilidad del vínculo conyugal." -Papa Gregorio XVI el 15-08-1832, (Carta encíclica Mirari Vos # 8º).
"Matrimonio cristiano: Aquella unión de los cristianos, llamada por el Apóstol sacramento grande en Cristo y en la Iglesia, reclama también toda nuestra solicitud, por parte de todos, para impedir que, por ideas poco exactas, se diga o se intente algo contra la santidad, o contra la indisolubilidad del vínculo conyugal." -Papa Gregorio XVI el 15-08-1832, (Carta encíclica Mirari Vos # 8º).
LA FIDELIDAD CONYUGAL
Juan Pablo II Las dificultades conyugales pueden ser de diferente tipo, pero todas desembocan al final en un problema de amor. ¿por qué es necesario amar siempre al otro, incluso cuando tantos motivos aparentemente justificantes, inducirían a dejarlo?. Se pueden dar muchas respuestas, entre las que tienen sin duda mucha fuerza el bien de los hijos y el bien de toda la sociedad pero la respuesta más radical pasa ante todo a través del reconocimiento de la objetividad del hecho de ser cónyuges, vista como don recíproco, hecho posible y avalado por el mismo Dios. Por ello, la razón última del deber de amor fiel es la que fundamenta la Alianza divina con el hombre: ¡Dios es fiel! Por tanto, para que el propio cónyuge sea feliz de corazón, incluso en los casos más duros, hay que recurrir a Dios, con la certeza de recibir su ayuda. -a la Rota de Roma, (30-I-03)
El futuro del mundo y de la Iglesia pasa por la familia
"Sólo la roca del amor total e irrevocable entre el hombre y la mujer es capaz de fundamentar la construcción de una sociedad que se convierta en una casa para todos los hombres"
Benedicto XVI |
Juan Pablo II sobre la familiaEl Redentor del mundo quiso elegir la familia como lugar donde nacer y crecer, santificando así esta institución fundamental de toda sociedad.
El tiempo que pasó en Nazaret, el más largo de su existencia, se halla envuelto por una gran reserva: los evangelistas nos transmiten pocas noticias. Pero si deseamos comprender más profundamente la vida y la misión de Jesús, debemos acercarnos al misterio de la Sagrada Familia de Nazaret para observar y escuchar. La liturgia de hoy nos ofrece una oportunidad providencial.
La humilde morada de Nazaret es para todo creyente y, especialmente para las familias cristianas, una auténtica escuela del Evangelio. En ella admiramos la realización del proyecto divino de hacer de la familia una comunidad íntima de vida y amor; en ella aprendemos que cada hogar cristiano está llamado a ser una pequeña iglesia doméstica, donde deben resplandecer las virtudes evangélicas. Recogimiento y oración, comprensión y respeto mutuos, disciplina personal y ascesis comunitaria, espíritu de sacrificio, trabajo y solidaridad son rasgos típicos que hacen de la familia de Nazaret un modelo para todos nuestros hogares.
2. Quise poner de relieve estos valores en la exhortación apostólica Familiaris consortio, cuyo vigésimo aniversario se celebra precisamente este año. El futuro de la humanidad pasa a través de la familia que, en nuestro tiempo, ha sido marcada, más que cualquier otra institución, por las profundas y rápidas transformaciones de la cultura y la sociedad. Pero la Iglesia jamás ha dejado de "hacer sentir su voz y ofrecer su ayuda a todo aquel que, conociendo ya el valor del matrimonio y de la familia, trata de vivirlo fielmente; a todo aquel que, en medio de la incertidumbre o de la ansiedad, busca la verdad; y a todo aquel que se ve injustamente impedido para vivir con libertad el propio proyecto familiar" (Familiaris consortio, 1). Es consciente de esta responsabilidad suya y también hoy quiere seguir "ofreciendo su servicio a todo hombre preocupado por el destino del matrimonio y de la familia" (ib.).
3. Para cumplir esta urgente misión, la Iglesia cuenta de modo especial con el testimonio y la aportación de las familias cristianas. Más aún, frente a los peligros y a las dificultades que afronta la institución familiar, invita a un suplemento de audacia espiritual y apostólica, convencida de que las familias están llamadas a ser "signo de unidad para el mundo" y a testimoniar "el reino y la paz de Cristo, hacia el cual el mundo entero está en camino" (ib., 48).
Que Jesús, María y José bendigan y protejan a todas las familias del mundo, para que en ellas reinen la serenidad y la alegría, la justicia y la paz que Cristo al nacer trajo como don a la humanidad.
-Juan Pablo II, 30 XII 2002.
-Juan Pablo II, 30 XII 2002.
REZAR EN FAMILIA
"… Nos queremos pensar y deseamos vivamente que cuando un encuentro familiar se convierta en tiempo de oración, el Rosario sea su expresión frecuente y preferida. Sabemos muy bien que las nuevas condiciones de vida de los hombres no favorecen hoy momentos de reunión familiar en ocasión para orar. Difícil, sin duda. Pero es también una característica del obrar cristiano no rendirse a los condicionamientos ambientales, sino superarlo; no sucumbir ante ellos, sino hacerles frente. Por eso las familias que quieren vivir plenamente la vocación y la espiritualidad propia de la familia cristiana, deben desplegar toda clase de energía para marginar las fuerzas que obstaculizan el encuentro familiar y la oración en común". -Pablo VI “Marialis Cultus”, # 54.
“ Muchos Problemas de las familias contemporaneas, especialmente en las sociedades económicamente más desarrolladas, derivan de una creciente dificultad comunicarse. No se consigue estar juntos y a veces los raros momentos de reunión quedan absorbidos por las imágenes de un televisor. Volver a rezar el Rosario en familia significa introducir en la vida cotidiana otras imágenes muy distintas, las del misterio que salva: la imagen del Redentor, la inagen de su Madre santísima. La familia que reza unida el rosario reproduce un poco el clima de la casa de Nazaret: Jesús está en el centro, se comparte con él alegrías y dolores, se ponen en sus manos las necesidades y proyectos, se obtienen de él la esperanza y la fuerza para el camino” -JPII; Carta Apostólica ROSARIUM VIRGINIS MARIA, # 41.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario