martes, 25 de abril de 2017

EL ABORTO

Es el aborto un crimen?

¿Es el aborto un crimen?
Introducción: El aborto se ha convertido en una realidad social de todos los días. En el mundo se registran 240 millones de embarazos anuales, de los cuales 50 millones son interrumpidos, mientras que 19 millones se presentan en países donde el aborto es ilegal. Al año mueren cerca de 80 mil mujeres por malos abortos.

El campo de la Moral Cristiana

El Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña que “la vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción” (Art. 2270).
Las Sagradas Escrituras resaltan como la “vida humana” es un don de Dios:
  • “Desde antes que yo naciera, fui puesto bajo tu cuidado; desde el vientre de mi madre, mi Dios eres tú” (Salmo 22,10).
  • “No te fue oculto el desarrollo de mi cuerpo mientras yo era formado en lo secreto… Tus ojos vieron mi cuerpo en formación; todo eso estaba escrito en tu libro. Habías señalado los días de mi vida cuando aún no existía ninguno de ellos” (Salmo 139, 15-16).
  • “El Señor me llamó desde antes que yo naciera; pronunció mi nombre cuando aún estaba yo en el seno de mi madre” (Isaías 49,1).
  • “Antes de darte vida, ya te había yo escogido; antes de que nacieras, ya te había yo apartado” (Jeremías 1,5).
  • “Pero Dios me escogió antes que yo naciera, y por su mucho amor me llamó” (Gálatas 1,15).
“Desde el siglo primero, la Iglesia ha afirmado la malicia moral de todo aborto provocado. Esta enseñanza no ha cambiado; permanece invariable… No matarás el embrión, mediante el aborto, no darás muerte al recién nacido” (Didajé 2,2; Bernabé, ep 19,5; Epístola a Diogeneto 5,5; Tertualiano, apol. 9) (Art. 2271). El magisterio de la Iglesia también recalca que todas las personas que participen en un aborto, incluyendo a la pareja de la mujer, familiares, doctores, enfermeras, legisladores, políticos y demás; incurren en la pena canónica de “Excomunión Latae Sententiae (de sentencia dictada), es decir, de modo que incurre ipso facto (en el acto) en ella quien comete el delito” (Art. 2272). (La excomunión afecta a todos los que cometen ese delito siempre que conozcan esta pena y tengan más de 16 años de edad, al momento de realizarlo). Por lo tanto, quedan apartados de la comunidad de los creyentes, no pueden recibir la Eucaristía, al igual que los demás sacramentos y sacramentales, participar en los actos litúrgicos, ser padrinos, colaborar activamente en la vida de la Iglesia o ser sepultado en un cementerio católico.
Esta sanción eclesiástica no es un invento de los jerarcas católicos, sino que tiene sus misma raíces en La Biblia (Mateo 18, 15-17; 1 Corintios 5,12-13; 2 Juan 10-11). No obstante, “Con esto la Iglesia no pretende restringir el ámbito de la misericordia; lo que hace es manifestar la gravedad del crimen cometido, el daño irreparable causado al inocente a quien se da muerte, a sus padres y a toda la sociedad” (Art. 2272). Esta última declaración tiene total concordancia con la predicación de Jesús, quien no vino al mundo a “condenar” sino a buscar la “salvación” del pecador (Mateo 9,13; Marcos 2,17; Lucas 9,56; 15,7.10; 18,13-14; 19,10).

Así empieza la vida humana

  • La vida humana comienza cuando el óvulo fecundado se implanta en la pared del útero, lo cual tiene lugar cerca del sexto o séptimo día después de la fecundación.
  • A los veinte días en el feto (que en latín quiere decir “el pequeño”) se forma los ojos, el sistema nervioso y empieza a latir el corazón.
  • Al mes comienza el desarrollo de los brazos, las orejas y la nariz.
  • A los dos meses se forma el esqueleto, los dedos de las manos, los pies, y órganos como el cerebro, el hígado y los riñones.
  • A los tres meses mueve los ojos, aparecen las uñas y respira líquido amniótico.
  • A los cuatro meses aparecen los órganos genitales y da patadas al vientre.
  • A los cinco meses aparece el cuero cabelludo y puede llorar, ya presenta un desarrollo completo.

Clases de abortos inducidos

  • Píldora abortiva (RU-486): Interrumpe el embarazo si se toma antes de las siete semanas de gestación.
  • Dilatación o curetaje: Se hace por medio de pinzas, sacando al feto por pedazos.
  • Aspiración uterina: Una aspiradora 30 veces más potente que una casera, va desmembrando el feto completamente.
  • Envenenamiento salino: Se extrae líquido amniótico de la madre, y se le inyecta una sustancia venenosa, que produce la muerte del feto a los dos días.
  • Histerectomía: Se realiza después de cuatro meses de gestación, es una operación parecida a una cesárea, el feto es extraído vivo y luego lo matan.

SOBRE LA NUEVA ERA

18 Preguntas sobre la “Nueva Era”


La era nueva, los engaños de siempre…
Una y otra vez a lo largo de la historia el hombre ha soñado en la llegada de una ‘edad de oro’ para la humanidad, de un mundo feliz y perfecto en el que no hubiera ni enfermedad, ni pobreza, ni guerra, ni hambre, ni limitaciones, ni divisiones.
Quisiera ver el universo entero transformarse delante de sus ojos mágicamente y convertirse en algo radicalmente nuevo. Quisiera librarse definitivamente de la problemática mundial de la que él mismo es la causa.
Este sueño sigue vivo y se deja sentir con más vigor que nunca en nuestro día al acercarse el fin del milenio. Nuestro mundo, técnicamente avanzado, pero espiritualmente hambriento, experimenta una profunda desilusión frente al bienestar que no borra su pobreza, a la libertad que no quita su esclavitud y a la ciencia que no despeja su honda incertidumbre.
De unos treinta años para acá se viene formando una ola cultural/filosófica/religiosa que pretende reaccionar contra el presente estado de la humanidad y empujar la humanidad hacia una nueva conciencia, hacia una nueva forma de ser espiritual. A esta ola le llamamos la Nueva Era (New Age) y, hoy por hoy, no hay ningún aspecto de nuestra vida que no ha sentido sus efectos de alguna forma.
Las ideas y los objetivos de la Nueva Era recogen elementos de las religiones orientales, el espiritismo, las terapias alternativas, la psicología transpersonal, la ecología profunda, la astrología, el gnosticismo y otras corrientes. Los mezcla y los comercializa de mil formas, proclamando el inicio de una nueva época para la humanidad.
Pero, en el fondo, no parece ser más que otro intento vano del hombre de salvarse a sí mismo haciendo promesas que no puede cumplir y atribuyéndose poderes que no posee. Y mientras la fantasía de la Nueva Era nunca será más que fantasía, ha logrado sembrar confusión en los corazones de muchos fieles.
Aquí sólo esperamos aclarar las dudas iniciales que surgen en torno a la materia y extender una invitación a todos a profundizar en el fenómeno de la Nueva Era y comprender la amenaza que representa para la integridad nuestra fe.

¿La Nueva Era es una secta religiosa?

No. La Nueva Era no es una secta, ni una iglesia, ni una religión. Es una forma de ver, pensar y actuar que muchas personas y organizaciones han adoptado para cambiar el mundo según ciertas creencias que tienen en común. Pero no tiene jefe, ni reglas, ni doctrinas fijas, ni disciplina común.

¿Por qué, entonces, se dice que es una “nueva religión”?

La Nueva Era habla de muchas cosas que tocan nuestra fe: Dios, la creación, la vida, la muerte, la meditación, el sentido de nuestra existencia, etc… pero no es una religión. Toma diversos aspectos de muchas religiones y también de las ciencias y de la literatura y los mezcla con cierta originalidad para dar respuestas fantásticas a las preguntas más importantes de la vida humana. A veces inclusive usa un lenguaje cristiano para expresar ideas muy contrarias al cristianismo.

¿Quiénes pertenecen a la Nueva Era?

Todo tipo de persona puede formar parte de la Nueva Era. Sus líderes y pensadores suelen ser gente de la ‘revolución contracultural’ de los años ‘60 y ‘70 que rechazó los valores y los caminos religiosos tradicionales a favor del libertinaje, de la cultura de la droga, del amor libre y de los experimentos de las comunidades utópicas. Hoy sus ideas están tan difusas que gran número de personas las comparten sin un rechazo formal y evidente de su propia cultura o su estilo de vida.

¿Qué cree la Nueva Era?

Lo típico de la Nueva Era es el espíritu de individualismo que permite a cada quien formular su propia verdad religiosa, filosófica y ética. Pero hay algunas creencias comunes que casi todos los participantes de la Nueva Era comparten:
  • El mundo está por entrar en un período de paz y armonía mundial señalado por la astrología como “la era de acuario”.
  • La “era de acuario” será fruto de una nueva conciencia en los hombres. Todas las terapias y técnicas de la Nueva Era pretenden crear esta conciencia y acelerar la venida de la era de acuario.
  • Por esta nueva conciencia el hombre se dará cuenta de sus poderes sobrenaturales y sabrá que no hay ningún Dios fuera de sí mismo.
  • Cada hombre, por tanto, crea su propia verdad. No hay bien y mal, toda experiencia es un paso hacia la conciencia plena de su divinidad.
  • El universo es un ser único y vivo en evolución hacia el pleno conocimiento de sí y el hombre es la manifestación de su auto-conciencia.
  • La naturaleza también forma parte del único ser cósmico y, por tanto, también participa de su divinidad. Todo es “dios” y “dios” está en todo.
  • Todas las religiones son iguales y, en el fondo, dicen lo mismo.
  • Hay “maestros” invisibles que se comunican con personas que ya han alcanzado la nueva conciencia y les instruyen sobre los secretos del cosmos.
  • Todos los hombres viven muchas vidas, se van reencarnando una y otra vez hasta lograr la nueva conciencia y disolverse en la fuerza divina del cosmos.

¿Qué dicen los de la Nueva Era cuando uno les hace ver que estas creencias son pura fantasía?

Cuando alguien no acepta esta absurda visión de Dios, del hombre y del mundo la Nueva Era le dice que su conciencia todavía no está iluminada y que su comprensión está condicionada por esquemas culturales que serán superados en la nueva era.

Pero ¿cómo esperan comprobar unas creencias que no corresponden en nada a la realidad?

Normalmente echan mano a testimonios de experiencias sujetivas personales que son tan imposibles de verificar como lo son de desmentir. A veces se apoyan en mitos o en leyendas de las tradiciones de los antiguos pueblos. A veces toman datos de las ciencias y los aplican a la vida espiritual del hombre como si las mismas leyes rigiesen en ambos mundos.

Si las cosas están así, ¿qué lugar hay en la Nueva Era para el Dios que se nos reveló en Jesucristo?

Ninguno. El Dios de la fe católica es una persona, el “dios” de la Nueva Era es una fuerza impersonal y anónima. El Dios de la fe católica es Creador de todo, pero no se identifica con nada de lo creado. El “dios” de la Nueva Era es la creación que poco a poco se va dando cuenta de sí mismo. El Dios de la fe católica es infinitamente superior al hombre, pero se inclina hacia él para entrar en amistad con él. El Dios de la fe católica juzgará a cada hombre según su respuesta a ese amor. El “dios” de la Nueva Era es el mismo hombre que está más allá del bien y del mal. En la Nueva Era el amor más alto es el amor a sí mismo.

¿La Nueva Era dice algo de Jesucristo?

La Nueva Era dice que Jesucristo fue un maestro iluminado más entre muchos. Dice que la única diferencia entre Jesucristo y los demás hombres es que Él se dio cuenta de su divinidad mientras la mayoría de los hombres todavía no la descubren. De esta forma la Nueva Era le quita a Jesucristo su carácter único e irrepetible de Hijo de Dios y ridiculizan el hecho de que Dios se hizo hombre para salvarnos del pecado.

¿Un católico puede aceptar la creencia en la reencarnación?

En absoluto. La reencarnación es la creencia en una cadena de regresos a esta vida bajo diverso aspecto corporal. Si fuera cierta, mi libertad sería inútil y mis decisiones, luchas, esfuerzos, sacrificios y sufrimientos en la vida no tendrían ningún valor, pues a fin y a cabo tendría que hacerlo todo de nuevo una y otra vez. Si la reencarnación fuera cierta, la pasión y muerte de Cristo no tendrían sentido y su resurrección no nos aseguraría la redención. La resurrección es la transformación definitiva del ser humano y la entrada a la eternidad. Se muere una sola vez y a la muerte sigue la resurrección y el juicio. Como dice San Pablo: “Si nuestra esperanza en Cristo es únicamente para esta vida, ¡somos los más miserables de entre los hombres” (1Cor 15,19).

¿La Nueva Era no se confunde con el ecologismo?

No. El verdadero ecologismo busca conservar el planeta y respetar todas las formas de vida, especialmente la vida humana que tiene un valor muy superior a todas las demás ya que el hombre fue hecho “a imagen y semejanza de Dios”. El ecologismo exagerado de la Nueva Era dice que el hombre vale lo mismo que una ballena o un monte o un árbol. Llega a considerar al hombre como el peor enemigo del planeta en vez de verle como su guardián y su dueño.

¿Hay también una música que se dice ‘nueva era’?

Sí. La música “nueva era” se llama así porque se inspira en algunos temas de gran interés para la Nueva Era: la naturaleza, las religiones de los pueblos antiguos, las culturas orientales, etc… Suele ser música instrumental, mezclada con sonidos naturales, a veces muy repetitiva, otras veces sin melodía ninguna.

¿Está mal escuchar esta música?

La música “nueva era” es como cualquier otra música: una combinación de sonidos más o menos agradable al oído. Lo que podría hacerla “mala” sería algún contenido dañoso (la letra) o algún uso irresponsable de la música (vg. para ayudar inducir un estado alterado de conciencia; para provocar sentimientos negativos, etc.).

¿Por qué habla tanto la Nueva Era de “energía”?

Una de las ideas básicas de la Nueva Era es que toda la realidad visible, el hombre incluido, se reduce a una “energía cósmica”. Según eso, mientras el cosmos esté en fase evolutiva, su energía se manifiesta de muchas formas: una piedra, el viento, la mente humana, etc… Supuestamente hay cosas, lugares y ejercicios que pueden aumentar nuestra capacidad y nuestro control de esta energía (vg. llevarse puesto un cristal de cuartzo, visitar una pirámide u otro ‘lugar sagrado’ el día del equinocio primaveral, realizar ciertas posturas del yoga, etc.).

¿Los programas de control mental, sanación y auto-superación son un engaño?

Hay que ver y juzgar cada programa por separado. Pero algunos programas enseñan simples técnicas de relajamiento, concentración, memoria o fortalecimiento de la voluntad que producen resultados inmediatos en sus clientes. A estas técnicas, que no tienen nada de extraordinario, las revisten de un lenguaje pseudo-científico y las ponen como un gran descubrimiento o un secreto de la sabiduría antigua. Frecuentemente se pasa de una terapia psicológica o emocional al mundo espiritual, incorporando elementos del panteísmo, del gnosticismo o de la espiritualidad oriental sin prevenir al cliente. A los resultados más modestos en el campo humano se les atribuye un carácter sobrenatural. De ahí se convence al cliente de sus “poderes especiales”, su “conciencia iluminada”, o de cualquier cosa. Lo peor es que algunos de estos programas se presentan como un complemento excelente al cristianismo cuando, en el fondo, se basan en conceptos incompatibles con la fe católica.

¿Las nuevas técnicas de meditación sirven?

La Nueva Era no tiene ningún reparo en mezclar formas religiosas de tradiciones muy diversas, aún cuando hay contradicciones de fondo. Hay que recordar que la oración cristiana se basa en la Palabra de Dios, se centra en la persona de Cristo, lleva al diálogo amoroso con Jesucristo y desemboca siempre en la caridad al prójimo. Las técnicas de concentración profunda y los métodos orientales de meditación encierran el sujeto en sí mismo, le impulsan hacia un absoluto impersonal o indefinido y hacen caso omiso del evangelio de Cristo.

¿Y el yoga?

El yoga es, en su esencia, un ejercicio espiritual y corporal nacido de la espiritualidad hindú. Las posturas y ejercicios, aunque se presentan como un simple método, son inseparables de su sentido propio en el contexto del hinduismo. El yoga es una introducción a una tradición religiosa muy ajena al cristianismo. La palabra “yoga” significa “unión”. Habría que preguntarnos: ¿unión con qué?

¿Por qué la Nueva Era da tanta importancia a la astrología, al horóscopo, al tarot, al contacto con los espíritus, etc…?

Las antiguas técnicas de adivinación y el espiritismo siempre han provocado la curiosidad de la gente. La Nueva Era ha señalado un renacimiento del interés en el ocultismo, la magia, la astrología y las prácticas mediánicas. Son corrientes que pretenden dotar al hombre de poderes mentales y espirituales sobrenaturales y colocarlo como dueño absoluto de su propio destino. La Nueva Era borra las distinciones entre materia y espíritu, entre lo real y lo imaginario, entre lo posible y lo imposible. Pero ningún esfuerzo de la Nueva Era logrará conciliar el ocultismo, el esoterismo o el espiritismo con la fe y la vida del católico (cfr. #2115-2117 del Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica).

LA SOLEDAD

La Soledad

La soledad no es que no haya nadie.
La soledad es ir acompañado por la calle, ver algo que nos llama la atención y saber que uno no puede comentarlo, porque al que viene al lado no le importa, o no escucha, o se encoge de hombros, o mira y ni siquiera se encoge de hombros.
La soledad es oír que pasan por la radio aquella vieja melodía que nos eriza la piel y nos vuelve de dieciocho años los recuerdos... salir corriendo para decirle: "Vení... vení a escuchar..." y que él responda ya voy... y cuando llega al cuarto o a la cocina o al living, allí donde lo espera tu corazón y tu impaciencia, el locutor esté diciendo: "La melodía que acabamos de escuchar era..."

La soledad es que él haya regresado a casa, y en vez de quedarse con vos en la cocina mientras freís las milanesas, se vaya a leer el diario o a mirar el noticiero de T.V.

Y es que se olvide de que antes de irse a trabajar, a la mañana, quedaron en ir al cine por la noche y al llegar por la noche se quite los zapatos, la corbata y el saco y no mencione ni por casualidad la invitación.

La soledad es estar esperando, aunque el que esperemos esté junto a nosotros... junto, al lado... pero no CON NOSOTROS.

Oyéndonos, no escuchándonos.
Mirándonos, pero no viéndonos.
Estando... no acompañando, ni participando, ni tratando de entender.

La soledad es querer gritar que aquí, dentro del pecho, se revuelve un dolor formado por silencios, llantos disimulados, preguntas sin respuesta.

Es que no podamos decir que nos va mal, pero que tampoco podamos decir que hay una luz de entusiasmo y de ganas en nuestra vida.

ES RESIGNARSE q
ue los demás lo vean a uno como apacible y dulce. Que piensen que esa apariencia es producto de una maravillosa paz interior, de una sabiduría que los años han ido dejando lujosamente en nuestro ser.

La soledad es empezar a decir: "Me da lo mismo", o : "No te preocupes...", cuando quisiéramos gritar:

"DEBE SER HOY Y AHORA", "QUIERO IR... QUIERO HACER... QUIERO VER... QUIERO HABLAR":
"Dios mío, quiero hablar."

Hablar y hablar hasta decirlo todo, hasta sacarnos de adentro todas las palabras que el miedo y la tristeza y el desgano han ido amontonando y mutilando y nos pesan como si fueran bloques de granito...

La soledad es saber que la piedad de los demás no existe, que la infelicidad les causa espanto y miedo porque temen que sea contagiosa... es saber que para estar acompañados hay que bañarse, hay que peinarse bien, vestirse cuidadosamente y parecer totalmente despreocupados y dichosos, sin necesidades apremiantes, sin problemas... y sin que nadie, nadie se de cuenta que estás solo.

DE UNA MADRE A SU HIJA

Estabamos sentándonos a comer cuando mi hija casualmente menciona que ella y su esposo están pensando en "empezar una familia".
"Nosotros estamos haciendo una encuesta," dice ella, en broma. "¿Crees que debería tener un bebé?"
"Cambiar tu vida" digo, cuidadosamente manteniendo mi tono neutral."Yo sé" dice, "no más fiestas los fines de semana, no más vacaciones espontáneas..."
Pero eso no es en lo absoluto lo que yo quise decir. Miro a mi hija, intentando decidir qué decirle. Quiero que sepa lo que ella nunca aprenderá en clases de parto. Quiero decirle que las heridas físicas por dar a luz un niño sanarán, pero que el volverse madre la dejará con una herida emocional tan profunda por la cual ella será vulnerable para siempre.
Pienso en advertirle que ella nunca leerá de nuevo un periódico sin preguntarse "¿Y si eso le hubiera pasado a mi niño?" Que cada accidente de aviación, cada incendio en una casa la obsesionará. Que cuando vea fotos de niños hambrientos, se preguntará si algo podría ser peor que vivir la muerte de su niño.
Yo la miro cuidadosamente, sus uñas finamente pintadas y el traje elegante y pienso que no importa cuan sofisticada ella sea, el convertirse en madre la reducirá al nivel primitivo de una osa que protege su cachorro.
Que una llamada urgente de "¡Mamá!" le hará dejar caer un soufflé o su mejor cristal sin vacilar por un momento.
Siento que debo advertirla que no importa cuántos años ella haya invertido en su carrera, ésta se descarrilará profesionalmente a causa de su maternidad.
Ella podrá hacer los arreglos para dejar al niño en casa al cuidado de una niñera, pero un día irá en camino de una reunión de negocios importante y recordará el dulce olor de su bebé, y tendrá que usar cada gramo de su disciplina para no correr a casa, sólo para asegurarse que su bebé está bien.
Yo quiero que mi hija sepa que las decisiones cotidianas ya no serán rutina. Que el deseo de un niño de cinco años de ir al baño de hombres y no al de mujeres en McDonald se volverá un dilema mayor.
Que justo allí, en medio del ruido de bandejas y niños gritando, los problemas de independencia e identidad de sexo serán sopesados contra la perspectiva de que haya un abusador de niños acechando en ese baño.
No importa cuan decisiva pueda ser ella en su trabajo, se criticará a sí misma constantemente en su papel de madre. Mirando a mi hija tan atractiva, quiero asegurarle que en el futuro ella perderá los kilos de más del embarazo, pero nunca se sentirá igual sobre ella misma. Que su vida, ahora tan importante, será de menos valor para ella una vez que tenga un niño.
Que ella renunciaría a ésta en un momento por salvar sus hijos, pero que también empezará a desear más años, no para lograr sus propios sueños, sino para ver a sus hijos lograr los suyos.
Yo quiero que ella sepa que una cicatriz de cesárea o las estrías se convertirán en insignias de honor. La relación de mi hija con su marido cambiará, pero no de la manera que ella piensa. Deseo que ella pudiera entender cuánto más uno puede amar a un hombre que tiene cuidado para empolvar a su bebé o que nunca duda para jugar con su niño. Yo pienso que ella debería saber que se sentirá de nuevo completamente enamorada de él por razones que ahora encontraría muy poco románticas.
Yo deseo que mi hija pudiera darse cuenta del lazo que ella sentirá con mujeres a lo largo de historia que han intentado detener guerras, discriminación y borrachos al volante.
Espero que ella entienda por qué yo puedo pensar racionalmente sobre la mayoría de los problemas, pero ponerme como loca cuando discuto sobre la amenaza que supone una guerra nuclear en el futuro de mis hijos.
Yo quiero describir a mi hija la euforia de ver a su niño cuando aprenda a montar una bicicleta. Quiero capturar para ella las carcajadas de un bebé que está tocando la piel suave de un perro o un gato por primera vez. Quiero que saboree la dicha que es tan real, que de hecho duele.
La mirada interrogativa de mi hija me hace caer en cuenta de las lágrimas que se han formado en mis ojos.
"Nunca te arrepentirás de ello" digo finalmente.
Entonces alcanzo por sobre la mesa la mano de mi hija y la aprieto y ofrezco una oración silenciosa por ella, y por mí, y por todas las mujeres que tropezaron en su camino hacia la más maravillosa de todas las profesiones.
Este regalo bendito de Dios... el hecho de ser Madre.

EL LLANTO MAS AMARGO

Estaba sola, a sus tiernos 17 años ya sufría la traición y el abandono, era madre de un niño pequeño y llevaba otra criatura en su vientre. Cuando perdió a su madre, ella no sabía oficio alguno, y ¿Quién la iba a emplear con un niño pequeño y otro en el vientre? Qué difícil es conseguir el pan cuando se es joven y se está desamparada. Su niño le pedía comida y ella se desgarraba en su dolor.
Aquella tarde, con su gran barriga, fue a la iglesia; la enorme panza la dificultó arrodillarse, pero lloró con profunda tristeza, luego fijó su mirada en el Cristo crucificado y le dijo (pensando en el hambre de su niño, y en su propia hambre):
- Señor, es realmente doloroso amar a mis hijos y sufrir por el hambre y el frío, no tenemos ni un techo seguro, ni una mano amiga, menos aún posibilidades para un empleo digno. Te doy gracias por la vida que nos das, y te suplico que me des las fuerzas suficientes para salir adelante y dar la bienvenida a este nuevo bebé que está por venir. Y por favor, te pido que nazca bien…
Después de un momento de silencio, se levantó tomando de la mano a su pequeño hijo, fortalecida interiormente, decidida a seguir luchando por ellos. Fueron tiempos difíciles, hubo días que no tuvo qué hacer, otros en cambio lavaba ropa ajena, limpiaba alguna casa, o hasta los vidrios de los carros, cualquier cosa…
Cuando su niña nació, no tenía nada, fue echada del lugar en donde se alojaba, por falta de pago, y así, sin posibilidades de elección, se perdió… Una esquina oscura fue el testigo fiel de una nueva mujer que se dedicaría al más antiguo de los oficios… Por amor a sus hijos. Al principio fue difícil, pero sus niños necesitaban muchas cosas. Y así, sin lujos, pero con mucho amor, les dio siempre lo necesario, aún a costa de su propio sacrificio. Los años pasaron y cuando sus hijos crecieron, ella, orgullosa de verlos ya casi convertidos en profesionistas, pensó que se acercaba el tiempo de descansar. Aún era joven, pero la vida que llevaba la había envejecido, y estaba enferma de tanto sufrir. Sería justo un cambio, sus hijos lo entenderían…

Eso pensaba ella, no sabiendo que una mala lengua, de ésas que no sienten vergüenza de clavar en los demás el dolor de sus puñales malintencionados, muy a su manera, le contó a la joven el pasado de su madre. Esa noche, cuando en medio de sus pensamientos, volvía cansada a casa y las gruesas gotas de la tormenta caían en los techos de las casitas del barrio, la primera mirada que encontró al entrar fue la de su hija, quien al verla le dijo:

- ¡Vete, no quiero verte!
¡Hoy supe que eres una prostituta; vete porque no eres digna del amor de tus hijos! ¡Me das asco!
Ella no supo qué responder, sabía que un día lo sabrían, siempre lo temió y siempre pensó que la reacción de ellos no seria agradable. Pero darles asco, eso no, esa palabra fue un puñal que se clavó en su alma, y corrió, corrió bajo la lluvia que parecía compartir con ella su dolor, derramando en su rostro un copioso llanto. Cuando empezó a amanecer, ella lloraba aún sentada en un canal, varias cuadras lejos de su casa. De pronto, una cálida sabana cubrió su espalda y al volver, vio al mayor de sus hijos:
- Madre, toda la noche te he buscado; ven volvamos a casa.
- No -le dijo-, tu hermana me desprecia, no sé si tú ya lo sepas…
- ¿Saber qué? Yo sólo sé que te quiero, que eres mi madre. Nada que venga de ti me avergüenza. Tú no eres más que una mujer valiente que se enfrentó a la vida como pudo para dar de comer a sus hijos.
Esa mañana los hermanos pelearon como nunca, ante la angustiada mirada de su madre:
- ¡Que se vaya! ¿No ves que es una cualquiera?, ¿no te da pena su oficio? A mí me da vergüenza que mis amigos sepan lo que ella es, y ya poco me falta para ser una profesionista, no soportaría sus señalamientos…
- Pues vete con tus amigos, que yo me quedaré con ella. Yo no me he olvidado de las veces que se sacó el pan de la boca para dárnoslo, y de las noches que veló junto a nuestra cama cuando estábamos enfermos. Tú y yo no tuvimos padre porque nos abandonó, pero en cambio tuvimos una madre que todo nos lo dio, ¿o es que alguna vez te faltó algo? Yo sólo sé que lo que soy se lo debo a ella. Si tú la desprecias, vete tú, que yo la amaré por los dos. Y así fue.
Los días y las noches pasaron, y aquella muchacha que con ímpetu de conquistador salió de su casa, segura de sí misma, nunca se graduó, pero en cambio encontró el amor… El amor traidor de un hombre que después de burlarse de ella aprovechándose de su inexperiencia, la abandonó; -como un día otro cobarde abandonara a su madre-, dejándola con un hijo en el vientre, sola como aquella a la que tan duramente había condenado, con hambre también, y en peor estado, el remordimiento de la crueldad con que había tratado a su madre, vivía atormentada, había envejecido rápidamente. Por hambre y por remordimiento, volvió al hogar…
Entró a la casa (de la que aún conservaba las llaves); su hermano, la miró fijamente, pero no había en su mirada reproches, sino amor.

- Vengo -le dijo- a pedirles perdón a ti y a mi madre. A quien tanto hice sufrir. El hermano bajó la mirada un momento, y luego le dijo:
- Sígueme.
La joven lo siguió varias calles hasta llegar hasta un cementerio y allí, entre las primeras tumbas de la entrada, blanca se erguía la tumba de su madre.
-¡Nooo! gritó espantosamente, porque se le desgarró el alma, y llorando se tiró sobre la tumba, la besó y arañando el cementerio pedía perdón. ¿Por qué?, se preguntaba, ¿Por qué no pude ver a mi madrecita por última vez?, ¿Por qué no pude pedirle perdón de rodillas, besar su frente, velar su cuerpo? ¿Por qué te fuiste madrecita sin que yo te diera mi último adiós? Allí, postrada sobre la tumba de su madre lloró el llanto más amargo de su vida.
El hermano, que a pesar del dolor conservaba la calma, le dijo:
- ¿Sabes? Hasta en el último momento te llamó.
Aquella noche de lluvia le hizo daño, le dio neumonía. Pero no llores, ella nos ha perdonado a los dos, yo también fui culpable por no perdonarte, no te busqué aunque ella me lo suplicó muchas veces. Y la deje consumirse de tristeza, extrañándote, llamándote… Pero aún en su lecho de muerte, ella te bendijo y me pidió que si volvías te recibiera con los brazos abiertos, como ella lo hubiera hecho, y que de ahí en adelante fuéramos unidos y nos amáramos como siempre nos enseñó. Ese día inicia hoy, hermanita, volvamos…
Los hermanos se retiraron lentamente y no pudieron escuchar que en la brisa suave que acariciaba sus frentes, su madre los bendijo por enésima vez.
"La madre no es buena ni mala: es madre. No nos toca a nosotros, como hijos, juzgar sus actos, porque es la propia vida la que con profundas heridas nos cobra el dolor que le hayamos causado.
Si aún conservas a tu madre, venérala como un ángel, y si ella te lastima, perdónala, pero jamás la señales, jamás la ofendas, jamás la desprecies ni te avergüences de ella, porque el llanto de remordimiento que has de llorar, es el llanto más amargo de tu vida!!

CARTA DE UNA SIMPLE AMA DE CASA




Querida familia:
Me voy.
Volveré cuando sepan dónde están guardadas las bolas de naftalina, cuando nuestra casa ya no tenga secretos para ninguno de ustedes, cuando sea capaces de descifrar los códigos de los botones de la lavadora, cuando logren reprimir el impulso de llamarme a gritos si se acaba la pasta de dientes o el papel higiénico.
Volveré cuando estén dispuestos a llevar conmigo la corona de reina de la casa.
Cuando no me necesites, más que para compartir.
Ya sé que me echarán de menos, estoy segura. También yo a ustedes, pero sólo desapareciendo podré rellenar los huecos que el cariño hacia ustedes me produce..
Sólo podré estar segura de que verdaderamente me quieren cuando no tengan necesidad de mí para comer o para vestir o para lavarse o para encontrar las tijeras.
Ya no quiero ser la reina de la casa, estoy harta, me he cansado de tan grande responsabilidad y he caído en la cuenta de que si sigo jugando el papel de madre súper no lograré inculcarles más que una mentalidad de súbditos. Y yo los quiero libres y moderadamente suficientes y autónomos.

Ya sé que su comportamiento conmigo no es más que un dejarse llevar por mi rutina; también por eso quiero poner tierra por medio. Si me quedo, seguiré poniendo todo al alcance de la mano, jugando mi papel de omnipresente para que me quieran más.

Sí, para que me quiera más.!!! Me he dado cuenta de que todo lo que hago es para que me quieran más, y eso me parece tan peligroso para ustedes como para mí. Es una trampa para todos.
Palabra de honor que no me voy por cansancio, aunque sea desgastante dormirse todas las noches pensando en la comida del día siguiente y hacer las compras a los saltos cuando vienes del trabajo y, a la larga, pesa mucho la manía de ver siempre un velo de polvo en los muebles cuando me siento un rato en el sofá, y la perenne atracción hacia la escoba y el trapeador.
Pero no es sólo por eso. No.!!
Tampoco me voy porque esté harta de poner la lavadora mientras me desabrocho el abrigo ni porque quiera estar más libre para hacer carrera en mi trabajo.
No. Hace ya mucho tiempo que tuve que elegir una perpetua interinidad en mi profesión porque no podía compatibilizar una mayor dedicación mental al trabajo profesional con la lista de la compra. Me voy para enseñarles a compartir, pero sobre todo me voy para ver si aprendo a delegar.

Porque si lo consigo, no volveré nunca más a sentirme culpable cuando no saquen notas brillantes o cuando se quemen las lentejas o cuando alguno no tenga la ropa planchada que ponerse.

La culpa de que sea imprescindible en casa es sólo mía, así que desapareciendo yo por unos días, se darán cuenta de que la monarquía doméstica es fácilmente derrocable y quizá yo pueda aprender la humildad necesaria para ser, cuando vuelva, una más entre la plebe.

Cuando encuentren la naftalina no dejen de avisarme. Seguro que para entonces yo también habré aprendido a no ser tan excesivamente buena.

Puede ser que ese día no nos querramos más, pero seguro que nos querremos mejor.
Besos.

Mamá.

Sólo soy un simple ser humano, como ustedes.

ANTES DE SER MAMA.............






Yo comía mi comida caliente. Mi ropa lucía planchada y limpia todo el día. Podía sostener largas y tranquilas conversaciones telefónicas.

Me dormía tarde, tan tarde como quería y jamás me preocupaban las desveladas. Cepillaba y cuidaba mi pelo, lucía uñas largas y hermosas. Mi casa estaba limpia y en orden, no tenía que recoger juguetes olvidados por todos lados.

No me apuraba si alguna de mis plantas era venenosa, ni pensaba en lo peligroso de las escaleras o las esquinas de mis muebles. No dejaba mi tiempo en consultas mensuales con el doctor, ni consideraba siquiera la palabra VACUNA.

No tenía que limpiar comida del suelo, ni lavar las huellas de pequeños deditos marcadas en los vidrios. Tenía control absoluto de mi mente, mis pensamientos, mi cuerpo y mi aspecto físico... Dormía toda la noche y los fines de semana eran totalmente relajados.


No me entristecían los gritos de los niños en la consulta médica, no tuve jamás que detener, con lágrimas en mis ojos, una piernita que sería inyectada.

Yo nunca sentí un nudo en la garganta al mirar a través de unos ojos llorosos y una carita sucia. No conocía la felicidad total con sólo recibir una mirada. No pasaba horas mirando la inocencia dormir en una cuna. Nunca sostuve a un bebé dormido SOLO porque no quería alejarlo de mí.

Nunca sentí que mi corazón se rompía en un millón de pedazos al no poder calmar el dolor de un niño. Nunca supe que algo tan pequeño, podía afectar TANTO mi mundo. Nunca supe que podía amar a alguien de ese modo, nunca supe que amaría como una MADRE.
Yo no conocía el sentimiento que provoca tener mi corazón fuera de mi cuerpo. No sabía que tan especial me sentiría al alimentar a un bebé! hambriento. No sabía de esa cercanía inmensa entre una madre y su hijo. No sabía que algo tan chico podría hacerme sentir tan importante.

No imaginaba tanta calidez, tanta dulzura, tanto amor. No imaginaba lo grande y lo maravilloso que sería, No imaginaba la satisfacción de ser madre, no sabía que yo era capaz de sentir tanto...
Hoy no imagino mi vida sin esa pequeña sonrisa picara y traviesa, sin esa huella de chocolate en la pared, sin ese olor a pureza, sin escuchar de unos pequeños labios esa palabra corta y larga a la vez..."Mami".

LAS AMIGAS

Una joven esposa estaba sentada en un sofá en un cálido y húmedo día, bebiendo té helado y charlando con su madre. Mientras hablaban sobre la vida, el matrimonio, las responsabilidades y las obligaciones de la adultez, la madre hizo tintinear los cubitos en el vaso pensativamente y miró a su hija seriamente.
"No te olvides de tus amigas" le advirtió, revolviendo las hojitas de té. Se volverán importantes a medida que madures. No importa cuánto quieras a tu marido y a tus hijos, siempre necesitarás a tus amigas. Recuerda salir con ellas, hacer cosas con ellas. Y recuerda que tus amigas no son solamente tus amigas, sino también tus hermanas, tus hijas y otros parientes también. Necesitarás otras mujeres -Siempre las necesitarás-
Qué extraño consejo, pensó la joven; acabo de casarme, de entrar en el mundo adulto; soy una mujer casada, no una niñita que necesita amigas. Seguramente mi marido y mi futura familia serán suficiente para darle sentido a mi vida. Pero escuchó a su madre, se mantuvo en contacto con ellas e hizo cada vez más amigas.
Al pasar el tiempo se fue dando cuenta que su madre tenía razón. A medida que el tiempo y la naturaleza producen sus cambios y misterios en la mujer, las amigas son indispensables en la vida. Cuidan tus hijos y guardan tus secretos, te dan consejo cuando lo pides, que a veces sigues y a veces no; te sacan de apuros, te ayudan a dejar las malas relaciones, harán una fiesta para tus hijos cuando se casen o tengan un bebé, manejan en tormentas, nevadas o granizos o en la madrugada para ir a ayudarte.
Te escuchan cuando pierdes el trabajo o un amigo, te escuchan cuando tus hijos te rompen el corazón, te escuchan cuando los cuerpos y mentes de tus padres fallan. Lloran contigo cuando muere alguien que amas. Te respaldan cuando los hombres de tu vida te decepcionan. Te ayudan a juntar los pedazos cuando los hombres empacan y se van. Se alegran con tu felicidad y están listas a destruir lo que te hace infeliz.

El tiempo pasa,
la vida sucede,
la distancia separa,
los chicos crecen,
el amor se derrite y se evapora,
los corazones se rompen,
las carreras terminan,
los trabajos viene y van,
los padres mueren,
los colegas olvidan los favores,
los hombres no llaman cuando prometen...

Pero las amigas están ahí, no importa el tiempo ni la distancia entre ustedes; una amiga nunca está tan lejos que no la alcance tu necesidad. Cuando tengas que caminar por ese valle solitario y lo tengas que hacer sola, tus amigas estarán en el borde, alentándote, orando por ti, interviniendo y esperándote del otro lado. A veces hasta quebrarán las reglas y caminarán contigo. Las amigas son la bendición de la vida. El mundo no sería igual sin ellas, ni yo sería la misma. Cuando empezamos esta aventura llamada femineidad, no teníamos idea de las increíbles alegrías y tristezas que nos esperaban; ni sabíamos cuanto íbamos a necesitarnos.

RECIBI FLORES HOY

Recibí flores hoy!





Recibí flores hoy!

No es nuestro aniversario o ningún otro día especial;
anoche me aventó contra la pared y comenzó a ahorcarme.

Parecía una pesadilla, pero de las pesadillas despiertas
y sabes que no es real; me levanté esta mañana adolorida y con golpes en todos lados, pero yo sé que está arrepentido; porque él me mando flores hoy...

Recibí flores hoy!

Y no es día de San Valentín o ningún otro día especial;
anoche me golpeó y amenazó con matarme; ni el maquillaje o las mangas largas podían esconder las cortadas y golpes que me ocasionó esta vez.

No pude ir al trabajo hoy, porque no quería que se dieran cuenta, pero yo sé que esta arrepentido; por que él me mandó flores hoy...


Recibí flores hoy!


Y no era el día de las madres o ningún otro día especial; anoche el me volvió a golpear, pero esta vez fue mucho peor.

Si logro dejarlo, qué voy a hacer?

Cómo podría yo sola sacar adelante a los niños?

Qué pasará si nos falta el dinero?

Le tengo tanto miedo, pero dependo tanto de él, que temo dejarlo.

Pero yo sé que está arrepentido, por que él me mando flores hoy...


Recibí flores hoy!


Hoy es un día muy especial: Es el día de mi funeral. Anoche por fin logró matarme. Me golpeó hasta morir.

Si por lo menos hubiera tenido el valor y la fortaleza de dejarlo; si hubiera aceptado la ayuda profesional.

Hoy no hubiera recibido flores!

Anónimo

¡¡¡ POR UNA VIDA SIN VIOLENCIA !!!

Compartan este mensaje... para crear conciencia.

No dejemos que continúe. Es una realidad muy triste.

El respeto hacia la mujer es básico, que sientan el amor que tenemos hacia ellas, ya que de ellas nacimos

MUJERES MALTRATADAS........................



Tolerancia cero ante los maltratos hacia la mujer, siempre, en todas sus formas y en todas las ocasiones.
* Cuando tu novio, marido o compañero, te golpea, te insulta, te amenaza, te hace sentir humillada, estupida o inutil, entonces eres una mujer maltratada.. DENÚNCIALO!
* Si no te deja trabajar o estudiar, si te quita el dinero que ganas o no te da lo que precisas para las necesidades básicas de la familia. Si te controla o acosa y decide por ti, eres una mujer maltratada... DENÚNCIALO!
* Si te impide ver a tu familia o tener contacto con tus amigos, vecinos, etc, también eres una mujer maltratada... DENÚNCIALO!

LOS MALTRATOS A LA MUJER ROMPEN EL CORAZÓN.

- El valor de un hombre no se mide por su fuerza sino por la capacidad que tiene para el cuidado de la vida. El patriarcado inventa "perfiles" para esconder su propia violencia.
- Con el silencio nos hacemos cómplices de la violencia. ¡DENUNCIEMOS!
- Los malos tratos vistos desde fuera son atroces, pero vistos desde dentro son devastadores. El maltratador es un delincuente, pero la mujer maltratada se convierte en una persona gravemente afectada psicológicamente:
* La autoestima de las mujeres baja a niveles mínimos.
* Tienden a interiorizar el machismo del marido y de las figuras de autoridad.
* Las familias en donde hay maltrato, generalmente son familias donde los roles están muy separados. El rol del marido tiene mucha importancia, y la mujer se considera que aporta menos, por eso ellas, las mujeres, pierden su autoestima.
* Tienen miedo, estrés, conmoción psíquica aguda, ansiedad, depresión, desorientación, incomunicación y aislamiento provocado por el continuo desamparo social.
* Muchas cortan con la familia para que no se enteren de lo que pasa. Lo normal es que la víctima tarde de 6 a 10 años en poner una denuncia y varios años en que los que la rodean sepan la realidad.
* Tienen sentimiento de subordinación y dependencia y, además, sienten incertidumbre. Ellas mismas se culpabilizan. "...quizás soy yo la que no supe hacerlo", dicen algunas. "Estaba celoso, le saqué yo de quicio"...
* Están desmotivadas y tienen una profunda ausencia de esperanza, lo que se llama una visión de túnel. Piensan que su vida esta totalmente perdida.
* Carecen de poder real interior para superar los problemas de: impotencia, indecisión, vivencia de la realidad o creación de roles alternativos.
* Se crea el "síndrome de la mujer maltratada", que es algo parecido al síndrome de Estocolmo, donde uno se identifica con la figura de poder y de valor que ve; en este caso el marido.
* Muchas mujeres maltratadas tienen unos antecedentes parentales de violencia con lo cual tienden a elegir parejas violentas.
* Tienen poco o nulo margen en la toma de decisiones con lo que respecta a la vida de pareja y a la suya propia.
* Baja interiorización de valores sociales y democráticos e incluso también religiosos.
* Padecen a veces trastornos alimentarios severos como anorexia o bulimia. Trastornos del sueño. Irritabilidad y reacciones de indignación fuera de contexto.
* También, son frecuentes trastornos de alcoholismo y de ludopatía (Adicción patológica a los juegos electrónicos o de azar)
* Muchas de las mujeres aficionadas al bingo son, en muchos casos, mujeres maltratadas y áltamente deprimidas
¿CUÁNTAS DE ELLAS SERÁN MALTRATADAS?
NO SEAS CÓMPLICE DE ESTA BARBARIE
¡DENÚNCIALO NO SIGAMOS PERMITIÉNDOLO!
*El 79.35% de las muertes de mujeres ocurrieron en sus domicilios; por arma blanca, el 42.48%; estranguladas o asfixiadas, el 16.99%, y por armas de fuego el 16.34%.
Infórmate Amiga! Recuerda que la mejor arma de los agresores