“Halloween es una trampa del demonio, que trata de que caigamos por todos los medios”, afirmaba el padre Gabriele Amorth, exorcista del Vaticano, en una entrevista el pasado año. “Se trata de una fiesta anticristiana y anticatólica (...) Es una idea del diablo, que tiene la intención de alterar los planes de Dios”, continuaba. Es posible que así pueda resultar exagerado, o así lo parece al menos, pero los expertos señalan que hay manifestaciones culturales que pueden hacer más presente al demonio. Se crea o no, los pelos se ponen de punta.
Cada vez más son más los sacerdotes que muestran su preocupación por la fuerza con que esta celebración pagana se está introduciendo en Europa. En el santuario de San Campio, en Tomiño (Vigo), encontramos al padre José Luis Portela, un sacerdote que lleva décadas ayudando, mediante exorcismos, a que personas y lugares se desprendan de “influencias satánicas”.
“Se están perdiendo los valores religiosos, espirituales y morales”, lamenta Portela en una conversación telefónica. “Estas son fechas en las que la gente acudía a los cementerios a rezar por los seres queridos y ahora ¿qué buscamos? ¿celebrar una fiesta que nos aparte del recuerdo a esos seres? El demonio se mete en todo, también en esta devoción popular”, señala el sacerdote, consciente de que la fiesta de Halloween ya forma parte de la cultura popular española... y que se celebra como algo festivo.
El sacerdote todavía recuerda con estupor como hace dos años un grupo de jóvenes acudieron al santuario a pasar el puente de todos los Santos. “Yo sentí mal ambiente”, asegura. “Cuando se fueron vi como nueve camas, hechas con barrotes de hierro, habían sido destruidas en su totalidad. La gente del pueblo no daba crédito. Estoy convencido de que practicaron un rito satánico. Eso no hay fuerza humana que pueda acabar con ello”.
Pese a que el sacerdote asegura que “todavía” no ha notado que aumenten las personas que se acercan a pedirle ayuda tras la festividad, sí se muestra preocupado por ciertos comportamientos como la “magia negra, la güija, pactos con el demonio…” sean tomados como “un juego” en estas fechas.
Más allá de la ficción...
Más allá de la ficción...
Durante más de 40 años el religioso se ha visto obligado a practicar exorcismos que en algunos casos, asegura, “superaban a los que el cine ha mostrado en películas como El exorcista”. En este sentido, recuerda con aprensión el caso de una joven de 22 años que fue a visitarle al santuario junto a su marido.
“Era una mujer muy delgada, y sin embargo, tanto su marido como yo, que peso 108 kilos, tratábamos de sujetarla y era imposible, acabamos los dos por el suelo. En ese momento tanto el agua bendita como la oración de exorcismo, no es algo mágico, hay que tener mucha fe y autoridad y a veces repetir dos o tres veces el rito”, apunta. Y es que, si la posesión ofrece mayor resistencia "se realiza un exorcismo mayor" con "oraciones con más fuerza". El proceso puede extenderse durante semanas, ya que después se realiza un seguimiento.
El rito siempre se realiza con familiares o personas cercanas a la “víctima” que además de ayudar al religioso a enfrentarse a “una fuerza sobrenatural” sirven de testigos para que la persona poseída "no acuse, por influencia del demonio, al sacerdote de haberle agredido".
¿Por qué hay mayor número de exorcistas en España?
¿Por qué hay mayor número de exorcistas en España?
En mayo saltaba la noticia de que el arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, estaba en proceso de nombrar ocho sacerdotes para realizar exorcismos. ha tratado de conocer cómo se encontraba ese proceso pero desde la archidiocesis de la capital no han querido hacer declaraciones a este respecto. “Todas las diócesis tendrían la obligación de tener un sacerdote exorcista”, apunta Portela, que asegura que según un estudio realizado por el padre Amorth, el 80 por ciento de las diócesis españolas no contarían con esta figura.
Para el sacerdote, ésta sería la razón principal de la decisión de Rouco Varela de formar a más sacerdotes en este ámbito. “Ahora, los obispos se están dando cuenta de que hay más problemas de posesión diabólica que antes porque se está perdiendo la religiosidad, hay falta de fe, se está paganizando todo”, afirma. “Muchas veces cuando acudo a realizar un exorcismo a una casa, me doy cuenta de que no hay un símbolo religioso, un crucifijo o una imagen de la Virgen… Hemos desterrado a Dios de nuestros hogares, no tenemos ninguna protección, no tenemos a nadie que nos ayude”.
Asimismo el padre apunta a que en zonas como Galicia, su lugar de residencia, la inmigración de personas de origen sudamericano o africana ha aumentado en los últimos años. “Buscan, como es normal, ganarse la vida como sea. A veces veo publicidad en la que se ofrecen para practicar magia negra, budú… Es muy frecuente encontrarte con curanderos, sanadores… “. En este sentido, el Padre José Antonio Fortea, sacerdote católico y teólogo especializado en demonología, advierte en su página web, donde trata esta materia, que “sea cual sea el fenómeno que sufra o crea estar sufriendo lo que nunca, jamás, se debe hacer es ir a un brujo para acabar con cualquiera de estos fenómenos (sea posesión, mal de ojo, etc, etc). Y cuando digo brujo me refiero también a videntes, curanderos, santones, etc”.
¿Problema psiquiátrico o posesión?
¿Problema psiquiátrico o posesión?
Para Portela “no es correcto negar que existen casos de posesión”, aunque admite que la Iglesia en estos temas va con “pies de plomo” porque no quiere que se den confusiones entre problemas que pueden ser de orden psiquiatrico o psicológico con este tipo de manifestaciones.
A la hora de descubrir si una persona está poseída por el demonio, los expertos en exorcismos aseguran que es necesario siempre acudir en primera instancia a los especialistas que se encuentran en cada diócesis. "Sólo se debe ir a sacerdotes o a grupos de oración de la renovación carismática. Ir a un brujo no sólo no solucionará nada, sino que puede poner una influencia maligna donde no la hay", apunta Fortea.
A la hora de saber si una persona está poseída o no, los representantes eclesiásticos autorizados para estas prácticas, mantienen una conversación en la que perciben si existe una influencia diabólica. En caso de que se determine que no hay presencia de Satán "se aplica una bendición" y se le remite a profesionales de la medicina.
Sin embargo, hay muchas señales que pueden determinar que el origen del malestar es 'demoníaco'. “Como signos de posesión podemos decir que está el entrar en trance con los ojos en blanco, la aversión repentina e irracional (por su intensidad) a todo lo sagrado: crucifijos, misa, etc. Aunque este signo no se da en todos los posesos, lo que sí que se da siempre es la pérdida de conciencia mientras emerge una segunda personalidad maligna”, apunta Fortea.
A este respecto Portela remacha: "una persona poseída no quiere entrar en el templo, rechaza y reacciona violentamente contra el sacerdote, el agua bendita le quema, a veces habla en otras lenguas...”.
El porqué de una posesión
El porqué de una posesión
Según el padre Portela, las causas más comunes de un posesión se deben a un "maleficio". "Una persona hace un rito para hacer mal a otra", explica, "de alguna manera, el receptor queda bajo un influjo satánico. Asimismo, el sacerdote apunta a que hay "modas" como "practicar la güija, un rito satánico, magia negra, budú... en el que la persona también queda unida con el demonio".
"Hace poco encontré en una finca un muñeco colmado de alfileres, es un ejemplo de un rito satánico que se ha hecho para hacer mal a alguien. También es frecuente que se ofrezca en sacrificio al demonio un animal, echando la cabeza o su sangre en el portal de la casa donde se quiere hacer daño", relata el padre.
Otro de los motivos que pueden llevar a una posesión es la "consagración de un niño al demonio por parte de sus padres que realizan prácticas satánicas". Por último, se encuentra la de realizar un "pacto con el demonio". En estos casos "se pacta rendir culto al demonio a cambio de que eche abajo un negocio, se lleve una empresa al éxito, arruine a una familia...". Tras escuchar esto, la fiesta de Halloween da más miedo.
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